Pues eso, que ya he vuelto del crucero en el Seven Seas Mariner... y como lo prometido es deuda... a continuación os haré una breve reseña del barco y de mis impresiones. He intentado publicar una revista formal en el foro correspondiente pero no he podido (imagino que será como consecuencia del cambio de servidor...no?).
Bueno, antes que nada debo resaltar que es el primer crucero que realizamos, por lo que no tengo elementos de comparación de primera mano... aunque, eso si, he procurado documentarme suficientemente antes de elegir ese barco. Creo que no me he equivocado dadas las circunstancias particulares de nuestro viaje... me explico... Buscábamos unas vacaciones para celebrar nuestras bodas de plata, por lo que íbamos sin niños y solos, sin mas amigos, como una luna de miel. Yo medio me defiendo con el inglés, por lo que tampoco tuvimos problemas de comunicación. Debido a las fechas no había muchas dudas en cuanto a la elección del trayecto... buscábamos buen clima y relax... así que la opción del Caribe parecía acertada y de hecho así lo hemos confirmado.
Así que con toda la ilusión llegamos a Ft. Lauderdale a embarcar después de un accidentado viaje aéreo que nos hizo llegar al puerto apenas 30 minutos antes de la hora de salida.
El procedimiento de embarque fué un suspiro... apenas 5 minutos y ya estábamos a bordo con nuestras copas de champagne en la mano disfrutando del confort de nuestra suite situada en la cubierta 8.
El barco es una gozada... 50.000 toneladas de lujo y buen gusto puestas al servicio de apenas 700 pasajeros. Todos los camarotes son suites, todos exteriores y todos con balcón... espaciosos, con un cuarto de baño comodísimo, vestidor y una salita. La sensación de espacio es una constante a lo largo de todo el buque, los espacios públicos son amplios y luminosos... los 4 restaurantes, los 4 lounges, las galerías, el atrio, el teatro, las cubiertas de piscina y paseo, etc. nunca ofrecen una sensación de agobio o de multitudes... uno se siente como si el barco fuese suyo, incluso los días de navegación con el barco lleno. Jamás una cola, jamás una espera, con sitio de sobra en todos los rincones.
Pero si algo se puede resaltar particularmente es el servicio. Con un ratio de 1,5 pasajeros por tripulante (uno de los mejores del mercado).
Había oido que la palabra NO no figura en su léxico... y es cierto... el servicio de habitaciones funciona 24 horas al día, puedes encargar el desayuno en tu habitación siempre que quieras (nosotros lo hicimos 3 días) el camarero te monta una mesa con mantel, cubertería de plata y vajilla y cristalería en menos de 1 minuto y te sirven los platos de tu elección que llegan calientes a tu mesa y con una sonrisa... sin que suponga ningún extra, ya que todo está incluído a excepción de las bebidas alcohólicas servidas fuera de la cena. En tu mini refrigerador tienes permanentemente un surtido de refrescos, cervezas y hielo... y en tu minibar tienes dos botellas del licor que hayas elegido al embarcar. Una tarde estábamos sentados en nuestro balcón y nos apeteció tomarnos un cubata... y llemé al servicio de habitaciones, pedí un poco de limón y algo de picar; a los cinco minutos apareció nuestro camarero con una bandeja de canapés, un plato con un limón en rodajas y un bol de cacahuetes. Igualmente cuando después de la siesta te apetece una café y algo dulce... lo tienes en cualquier sitio del barco, pero si no te apetece vestirte y salir, solo tienes que descolgar el teléfono. También puedes pedir que te sirvan la cena en tu suite, eliges el menú y el camarero te la sirve plato a plato, con el vino correspondiente... un placer al que nosotros decidimos renunciar porque nos gustaba demasiado el pasear por la noche por los diferentes bares, tomar una copa viendo un espectáculo o bailar en alguno de los lounges con música en vivo.. antes o después de cenar.
Hablando de las cenas... no hay palabras... TODOS los restaurantes son excelentes, todos son "open seating", sin asignación de asiento o turnos (en dos de ellos, el Latitudes y el Signatures, es preciso hacer reserva previa para garantizar que todos los pasajeros puedan disfrutarlos por ser de muy pequeño aforo). Todas las cenas son a la carta, no hay buffet, y la calidad de los platos y del servicio está a la altura de los mejores restaurantes... El vino también está incluído y se dispensa con abundancia y calidad, en alguna ocasión también pedimos champagne antes de la cena y no nos pasaron ningún cargo extra por ello. Los camareros son atentos y serviciales... al poco tiempo te conocen y te saludan por tu nombre, la sonrisa es una norma te hacen sentir realmente cómodo.
Al mediodía también se ofrece un buffet en la piscina para aquellos que, como era nuestro caso, prefieren la informalidad y comodidad de almorzar en bañador sin tener que bajar a cambiarte.
El ambiente es muy tranquilo, hay algunas actividades organizadas pero no existe ninguna presión para participar en ellas, ni tampoco se hacen notar animadores bulliciosos espoleándote para que te "diviertas". Cada uno va a su aire y se procura su propia alternativa de diversión, ya sea en el jacuzzi, el gimnasio, el spa, el casino, la sala de internet, juegos, conferencias, etc. Muy relajante.
En términos generales el pasaje es muy mayor, la edad media está por encima de los 55 años, mayormente de nacionalidad norteamericana con algunos británicos, canadienses e incluso australianos... ningún latino (se confirmó mi temor de ser los únicos hispanos del barco).
Sin embargo, ninguna de estas dos circunstancias finalmente han resultado ser tan negativas que opacasen el resto de ventajas.
En resumen, un barco sensacional con un servicio auténticamente de lujo... con el tamaño justo para no aburrirte pero sin las multitudes de los macrocruceros. Eso si, no recomendable para gente joven con ganas de marcha o viajando con niños... tampoco si no dominas el inglés.
Si alguien tiene alguna consulta en particular sobre este barco... que no dude en hacérmela, que estaré encantado de contestarla si puedo.
CONTANDO LOS DIAS.....