Es dificil saber por donde empezar para describir como son los cruceros de lujo, son tantos los detalles que sorprenden a bordo que incluso los clientes acostumbrados a hoteles de cinco estrellas vén sus expectativas desbordadas. Seabourn es una de esas compañías de cruceros de lujo, posiblemente la más premiada de ellas, y por tanto, vamos a fijarnos en ella.
Quizá un relato cronológico pueda servir para contar, sin llegar a desvelar todos los entresijos de una experiencia memorable, como es viajar en una de las mejores compañías de cruceros del mundo.
Las diferencias comienzan incluso antes de empezar el viaje, cuando Seabourn te pide tus preferencias sobre bebidas, que luego encontrarás preparadas en el mini bar a tu llegada al camarote. Además, si quieres viajar sin equipaje, el servicio Personal Wallet (de pago) te permite enviar la maleta 5 días antes de tu crucero por mensajería, así no tendrás que cargar con ella ni pasar tediosos procesos de facturación en los aeropuertos.
Una vez en puerto, el procedimiento de embarque es rápido y sencillo, una de las ventajas de viajar en barcos pequeños como los de Seabourn, con capacidad para 204 personas en el Seabourn Legend, Seabourn Pride y Seabourn Spirit, o de 450 personas en el caso del Seabourn Odyssey, Seabourn Quest y Seabourn Sojourn. Nos ofrecerán una copa de champagne para refrescarnos durante el check-in en la terminal, el servicio estará a partir de ese momento, pendiente de nuestros deseos, no en vano hay 164 tripulantes para 204 pasajeros en los barcos pequeños y 330 tripulantes para 450 pasajeros en los barcos mas grandes y nuevos de la compañía.
Subimos al barco y nos recibe la tripulación, que nos acompaña a nuestra suite (no hay camarotes interiores). A diferencia de las navieras estándar, en la tripulación abundan los europeos con estudios de hostelería. Pronto nos visitará nuestro asistente de cabina, posiblemente venga con unos bombones, mas champagne, y una cesta con jabones de reconocidas marcas como Bvlgari, Hermes, Armani, L’Ocittane, para que escojamos el de nuestra preferencia, personalmente, recomiendo el de Hermes. En el baño, las amenities serán de la marca de lujo Molton Brown, presentadas en envases reciclables, sin conservantes ni derivados del petróleo y no testados en animales. El asistente de camarote se ofrecerá a deshacernos la maleta y nos contará algunas de las cosas que puede hacer por nosotros durante nuestra estancia, como prepararnos un baño de espuma.
Tras acomodarnos en nuestra suite, toca visitar el barco, que más bien es un yate grande en el caso del Seabourn Pride, Seabourn Legend o Seabourn Spirit. Las estancias se limitan al restaurante principal, el buffet, varios salones, un pequeño spa y poco más. No se necesita mucho para un crucero donde lo importante es la calidad del servicio recibido, las escalas en lugares deliciosos y un entretenimiento sencillo pero excelente. Si nuestro crucero se realiza en uno de los nuevos barcos de la compañía, el Seabourn Odyssey, Seabourn Sojourn o Seabourn Quest, ya hablamos de un barco de 32.000 toneladas, que sigue siendo pequeño respecto a los barcos que se construyen actualmente para navieras estandar, todos 3 o 4 veces más grandes. Estos nuevos barcos de Seabourn sofistican la experiencia a bordo, con varios restaurantes alternativos, una decoración actual, mas salones y un spa de dimensiones más generosas.
Llega la hora de cenar, y aquí si que notaremos las diferencias, bueno, para empezar no hay turnos asignados, sino que vamos cuando queremos dentro del horario del restaurante y escogemos si queremos cenar solos o con otros pasajeros. La cena se prepara «a la minute», es decir, cuando hacemos el pedido y no antes, con productos de alta calidad, algunos de ellos comprados en el mercado local en el mismo día. Y es que acompañar al chef al mercado para hacer la compra, y que nos explique como escoge los mejores productos, es una de las actividades que podemos hacer por la mañana en este tipo de cruceros. No tenemos que preocuparnos de pagar vino en la cena, ya que Seabourn habrá escogido un blanco y un tinto para acompañar el menú sin cargo adicional. Como el restaurante es relativamente pequeño y no va todo el mundo a la misma hora, la cena transcurre en un ambiente elegante y tranquilo con un servicio excepcional pero no intrusivo.
Tras la cena, llega el momento de tomar unas copas mientras asistimos a un espectáculo. No vamos a encontrar trapecistas ni grandes shows circenses aquí, sino actuaciones musicales con interpretes de calidad vocal sorprendente, como si una gran estrella cantase en directo para nosotros a pocos metros de nuestra mesa.
Al dia siguiente, desayunaremos por ejemplo en la terraza de popa, con las vistas sobre un pequeño pero coqueto puerto. Algunos camareros ya nos saludan por nuestro apellido y nuestras preferencias básicas sobre el desayuno: como queremos el café o te, el zumo de naranja o de melocotón, etc… serán memorizadas y servidas sin que tengamos que repetirlas en los siguientes días. Luego podemos bajar a tierra a explorar por nuestra cuenta con una botella de agua fresca que nos proporcionarán en la salida, o en una excursión de la naviera, que difieren bastante de las ofrecidas en los cruceros estandar. Por ejemplo, en un puerto grande como Barcelona hay una excursión en bicicleta, otra excursión a pie especifica para hacer buenas fotografías, otra excursión por los mercados de Santa Catalina y Boqueria, una peregrinación a Montserrat, visita a las bodegas Torres o excursiones privadas en coche, minivan o mini autobús. Nada de excursiones en autobús grande recorriendo los puntos turísticos de la ciudad a toda velocidad, son experiencias mas tranquilas y originales.
A nuestro regreso al barco, cansados, y si el tiempo acompaña, seguramente nos apetecerá relajarnos en la cubierta exterior y tomar el sol. No hace falta siquiera pasar por el camarote a por el protector solar, solo tenemos que pedirlo, como también nos ofrecerán zumos de fruta, sorbetes o cualquier otra bebida. Al rato aparecerán varios fisioterapeutas con sillas de masaje, ofertando pequeños masajes gratuitos a quienes están en cubierta. Si el sol aprieta mucho, no es necesario zambullirse en la piscina para refrescarnos, hay vaporizadores de agua fría y toallas heladas para refrescarse elegantemente. ¿Que has manchado los cristales de las gafas de sol con los dedos llenos de crema solar? si, ellos te las limpian… ¿que se pasa la tarde y empieza a refrescar? te ofrecerán una mantita. La vida en la cubierta exterior de un crucero Seabourn es gloriosa, y es que a media tarde, dos tripulantes montan una mesa donde abren una gran lata de caviar Black River Ossetra Malossol procedente de las mejores piscifactorías de Siberia y reparten pequeños bocaditos de dicho manjar entre todos los pasajeros, acompañado como no, de una copa de champagne brut Nicolas Feuillatte, una marca exclusiva de la naviera, cuya producción se efectúa en la zona de Epernay. Sibaritismo en estado puro.
La cena volverá a ser una experiencia destacada, donde quizás conozcamos empresarios, directivos o altos funcionarios de todo el mundo, incluyendo aquellos de origen hispano, si bien para una optima socialización y disfrute del crucero, conviene manejarse con soltura en inglés.
En la mañana de día siguiente, cuando ya toda la tripulación nos saluda por nuestro apellido mientras nos franquea el paso en las puertas, puede que nos apetezca disfrutar del contacto directo con el mar. Y es que los barcos de Seabourn tienen una característica muy especial que se puede utilizar con buen tiempo y si el barco está fondeado en una bahía: la marina de popa. Un gran portón se abre en popa para desplegar una estructura flotante que hace las funciones de piscina marina y base desde la que explorar los alrededores en zodiac, kayak o catamarán, ¡que maravilla!. Y es que esos días de fondeo en parajes naturales y playas del Caribe, Seabourn los convierte en momentos únicos preparando un buffet en la playa y sirviendo el mencionado caviar sobre una tabla de surf dentro del mar, es su famoso «Caviar in the Surf».
Desde luego, no hay cruceros tan sofisticados como los Seabourn, donde la tripulación no conoce el «no» por respuesta, por eso reciben año tras año premios de todo tipo de publicaciones turísticas, como Conde Nast Traveler, Travel+Leisure, la web CruiseCritic, y ocupan también los primeros puestos en la guía Berlitz de Cruceros.
Un video que nos muestra la «Experiencia Seabourn»:
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El perfil del pasajero Seabourn ha evolucionado en los últimos años, desde los jubilados ricos que disfrutan de los placeres de la vida, hasta los ejecutivos y empresarios de 45 a 65 años que disfrutan de una gran calidad de vida al ritmo actual, es decir, personas titulares de tarjetas platinum, que viajan habitualmente, interesados por la cultura, que invierten en bolsa y contribuyen a ONG’s al tiempo que pertenecen a clubs privados. Este perfil prototípico incluso se va suavizando a medida que los precios se han ido adaptando a la realidad del mercado, y es que todas estas maravillas podemos disfrutarlas desde 1.699€ por persona. Se puede contratar un crucero de 7 días o viajar hasta 28 días sin repetir puerto por el Mediterráneo.
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