Fathom Cruises, una compañía del «cruceros solidarios» de la Corporación Carnival, creada ad hoc para viajar a Cuba, hizo historia ayer al arriba a La Havana el primero barco de cruceros norteamericano en 50 años.
Hay que destacar que los cruceros en Cuba son una realidad permanente en el país, ya que compañias sin capital norteamericano como Celestyal Cruises, MSC Cruceros y otras operan barcos en la isla durante largas temporadas. Incluso cuando Pullmantur era una compañia española operó varios años haciendo escala en la isla.
Lo historico de la visita del Adonia de Fathom es porque en 50 años es el primer barco de cruceros norteamericano que visita la isla, y además, llevando a bordo algunos pasajeros cubanos, tras una tensa y larga negociación con el gobierno de la isla para permitirlo. Es sin duda un paso historico en el deshielo de relaciones entre EEUU y Cuba. La expectación es tal que en el barco viajan periodistas y presentadores de los mejores programas de TV.
Pero este no es un crucero convencional. Conscientes de la atención mediatica que despertaría ser los primeros, Carnival Corporation ha tenido que crear desde cero una nueva compañia, Fathom Cruises, que se anuncia como «cruceros sociales» donde los pasajeros no van a hacer turismo… sino a hacer trabajos sociales en beneficio de la comunidad visitada (plantar arboles, enseñar inglés, montar filtros de agua, etc). Así, se utilizó un pequeño barco, el Adonia (ex R8), que tuvo serios problemas para pasar la inspección de la Guardia Costera norteamericana antes de su primer crucero de prueba hacia Republica Dominicana teniendo que cancelar su primera salida.
Finalmente el barco salió de Miami el 1 de Mayo y llegó a La Habana el 2 de Mayo siendo recibido con gran jubilo por los habitantes locales. Sin duda, el camino para que los cruceros norteamericanos lleguen a Cuba con normalidad todavía es largo y tiene que sembrarse, si todo va bien, con inversiones en infraestructuras. Ojalá el turismo que está llegando a Cuba traiga prosperidad a sus habitantes sin destrozar su esencia.