Cuando una ciudad ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio Mundial, cosa que sucedió en 2007 con Burdeos, al amante de viajar le tiene que hacer pensar, al menos a los que no la conocen, que se necesita acercarse hasta ella para descubrir sus tesoros.
Es denominada como la Dama de la Aquitania francesa, por pertenecer a esta región de Francia, desaparecida no hace mucho, pero que en unión de zonas limítrofes formaron la denominada actualmente Nueva Aquitania.
Se encuentra dividida en dos partes por el río Garona y unida por un puente de piedra que se le atribuye a Napoleón; además de otros más modernos, como el levadizo, que se eleva verticalmente para dejar pasar a los barcos de mayor calado.
La historia de esta ciudad es muy amplia; baste decir que ha sido la capital de Francia en cuatro ocasiones y además fue muy importante durante la Revolución.
Tras una intensa limpieza y puesta al día de la ciudad, que se ha realizad en un periodo de unos quince años, se nos muestra en todo su esplendor.
El punto más importante de la ciudad es la denominada Plaza de la Comedia. En ella se pueden ver dos de los edificios más importantes de esta población: el Gran Teatro y el Hotel Intercontinental.
Si quisiéramos recorrer la ciudad, sin duda, es el sitio perfecto para empezar. Cerca de aquí está la denominada explanada de Quinconces, donde se celebran todo tipo de actos culturales y sociales, en el centro de la misma hay un monumento en recuerdo a los Girondinos con dos fuentes a los lados. Se recuerda a esta gente que tan destacado lugar tuvieron durante la Revolución. Al final de esta plaza ya podemos encontrar el río Garona, en sus orillas dispone de grandes espacios de ocio y recreativos.
También se encuentra muy cerca la Plaza de la Bolsa, se necesitaron 20 años para su construcción y es, actualmente, el emblema por el que a la ciudad se la conoce en todo el mundo.
Finalmente, también podemos encontrar la famosa calle de Sainte- Catherine, la más populosa de la ciudad, repleta de establecimientos comerciales, cafeterías y restaurantes.
Vistos todos estos lugares no hay que pensar que ya conocemos a fondo la ciudad; nada más lejos de la realidad.
El centro de la ciudad no es demasiado grande por lo que es factible recorrerlo a pie, aunque hay un magnífico servicio de tranvías que te llevan a todos los sitios que son necesarios visitar.
En un breve recorrido llegamos a la Catedral de San Andrés, con una torre campanario donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas, si alguien se anima con sus 231 peldaños. Se la denomina Pey Berland, ya que es el nombre del arzobispo que la mandó construir.
A sus espaldas, está situado el denominado Hotel de Ville, que es realmente el Ayuntamiento, un imponente palacio construido en la década de 1770.
Si paseáramos por las estrechas calles de los barrios antiguos de Burdeos y visitáramos sus mercados podríamos tener una idea más o menos completa de todo lo importante. Solo nos quedaría por conocer el papel que desempeña el vino en toda esta Región y en la propia ciudad.
La cultura del vino que se profesa por estas tierras es admirable. La gran economía de la que se mantiene procede del vino y todo lo que lo rodea.
Es muy fácil acudir a catas, explicaciones y vistas a bodegas de la zona. Hay muchas visitas organizadas que facilitan empaparse de este aspecto fundamental en la ciudad.
Para conocer bien todo lo referente al vino es imprescindible visitar un edificio denominado La Cité du Vin. Es una infraestructura cultural dedicada a la visión del vino a través del mundo, diversas épocas y civilizaciones. Se trata de un edificio de cristal y aluminio muy llamativo que se divisa desde muchas partes de la ciudad; aquí te explica todo lo referente al vino y se puede contemplar veinte espacios temáticos diferentes.
Son poseedores de diversas especialidades gastronómicas muy gustosas, como el foie gras y unos pastelillos muy afamados denominados canelés.
Burdeos no es una ciudad muy grande y es fácil de conocer. Pienso que no habrá nadie que la haya conocido y diga que no le gustó o no le enamoró.
Fotografias en este enlace:
viajesdejuanma.wordpress.com/2020/01/07/burdeos/