Mi primer fluvial: Extraordinario.

Para los que nos gusta, el crucero es el más cómodo y despreocupado medio de conocer otros países, otras formas de vivir, de admirar su rica cultura, su gastronomía, etc. Una de estas opciones es un crucero fluvial, donde se une el placer de navegar en barco con el atractivo de conocer grandes y pequeñas ciudades que se fueron originando al calor de las cuencas de sus ríos. Es una experiencia tan atractiva como inolvidable, sin agobios y en una dimensión más “humana” en comparación con los cruceros marítimos, más impersonales; recorriendo los grandes ríos de Europa, Asia, etc.

Uno de los muchos motivos que hacen atractivo un crucero fluvial es la cercanía con la orilla, ver los encantadores paisajes, fortalezas, castillos, viñedos, pueblos y pequeñas islas que van pasando lentamente mientras charlamos con los compañeros de viaje, de mesa, etc. Otro de los encantos de las travesías fluviales son sus atraques, casi siempre cerca de las poblaciones que se visitan.

El pasado día 1 de octubre desembarcamos del M/S Swiss Crystal (4*), un barco fluvial de la compañía Scylla Tours, fletado en exclusiva por la compañía Politours River Cruises (www.politours.com)

Construido en 1995 y renovado en el 2007, al Swiss Crystal se le notan los años, sobre todo en las cabinas, pero esto no quita para que el disfrute sea diferente. Tiene una eslora de 101 m, manga 11,40 m, calado 1,30 m, tripulación 31, pasajeros 125, y 63 cabinas (camarotes). Cuenta con tres cubiertas: Emerald, Ruby y Sun Deck. Ha sido nuestro primer crucero fluvial y confiamos que no sea el último.

Han sido 15 días/14 noches, hemos navegado unos 1.806 km, partiendo desde Amsterdam y acabando en Budapest, navegando por los ríos Rin, el Meno, el Canal Meno-Danubio y el Danubio mismamente. Hemos pasado 68 esclusas alcanzando hasta un desnivel de unos 400 metros.

La información por internet en foros, Facebook, etc, sobre este tipo de cruceros no es tan extensa como la de los marítimos, por ello me animo a compartir mi experiencia y resolver dudas, en la medida en que pueda, si os estáis planteando un viaje de este tipo. Eso sí, no me hago responsable si os crea adicción.

Como en todo, éste tipo de viajes tiene sus pros y sus … menos pros.

Empezaré diciendo que el movimiento no se nota absolutamente nada, es como flotar en el aire mientras vemos pasar el paisaje a babor y a estribor. Es una sensación de paz y tranquilidad que merece la pena probar al menos una vez.

El barco casi siempre llega al centro de la ciudad por lo que el atraque queda a escasos metros, andando, del centro histórico.

Todos los camarotes son exteriores. Eso sí, pequeños si lo comparamos con los de un crucero marítimo. Estamos hablando de unos 11,50 m2 para el estándar y unos 18,50 m2 de la mini suite. Cuentan con dos camas individuales separadas, gran ventanal, aseo con ducha, escritorio, armario y secador de pelo. Los enchufes, hasta 4, son del tipo europeo de dos patillas.

A pesar de que siempre hemos sido de los que viajan a su aire, en éste crucero de Politours indicado especialmente para hispanohablantes, todas las escalas incluían en el precio total del crucero visitas guiadas, así como excursiones opcionales que se pagaban aparte. Tanto en una como en otra, siempre se cuenta con un tiempo extra para ir por tu cuenta y visitar la ciudad a tu aire. A la hora y sitio indicado por el guía Politours había que regresar al barco para zarpar al siguiente destino.

Lo cierto es que las visitas guiadas en cada ciudad nos han ayudado mucho a situarnos en cada nuevo lugar, ver los monumentos principales y conocer un poco de la historia del país. Así, la visita se aprovecha al máximo en el poco tiempo que pasamos en cada lugar. Unas veces fueron visitas a pie y otras en autocar (panorámicas), y siempre utilizando una audio-guía, lo que facilita mucho el seguimiento de los comentarios.

En éste crucero, todos los pasajeros éramos hispanohablantes; gente venida desde México, Uruguay, Argentina, Chile, Puerto Rico, Costa Rica, Perú y España. A resultado un crucero muy familiar con tan sólo unos ¡¡ 50 y pico pasajeros !!, todos grandes amantes de los viajes en general y de los cruceros en particular con un gran haber de ellos a sus espaldas y que, como nosotros, queríamos probar éste nuevo registro de los fluviales.

Las actividades/animación organizadas a bordo por Politours hacen el viaje más ameno a la vez que instructivo. Éstas son indicadas en el Programa del día que dejan en tu cabina la noche anterior. 

Hay juegos y libros a disposición de los pasajeros, pequeños acertijos diarios con recompensa para los más hábiles, té o café con pastas a media tarde, talleres de manualidades, cenas temáticas (comida y vestimenta de cada país que se visita), bailes y concursos por la noche, shows de la tripulación y el equipo Politours, además de algunos shows autóctonos. Algunas de éstas actividades, que no todas, han sido las siguientes:

Charla informativa sobre las excursiones opcionales.
Charla informativa sobre navegación.
Charla informativa y posterior cata sobre vinos alemanes.
Show cooking. Demostración de cómo elaborar el famoso pastel de manzana “Apfelstrudel”.
Cenas temáticas: bávara, austriaca, húngara ...
Concursos: “Lemas bávaros”, “Tu cara me suena”, “Maratón Fotográfico”, “Elección de Miss y Mister Austria 2018”, “Bingo flotante”, …
Gran Show de la Tripulación.
Show de folclore húngaro.
Navegación comentada por megafonía en la cubierta solar por el “Valle del Wachau”, “Rhin romántico”, “Crucero nocturno de Budapest”.

El aspecto de restauración ha sido excelente (¡felicidades al Chef y su equipo!) incluyendo en el menú platos típicos de la zona por donde ése día estábamos navegando. En las comidas se comparte mesa con otros pasajeros (siempre la misma mesa asignada) y el intercambio de información, anécdotas e historias personales fomenta un ambiente agradable y distendido. 

El barco está adaptado para viajeros con movilidad reducida. Hay una escalera adaptada para subir/bajar a cubierta.

Hay wifi gratuito a bordo. El problema está en que la cobertura no es muy buena salvo cuando estamos cerca de poblaciones.

Viajar en un crucero fluvial nos ha encantado, nuestras expectativas se han visto superadas con creces, las ciudades a nivel turístico son impresionantes por su arquitectura o su historia, el servicio a bordo ha resultado excelente y hemos conocido a gente estupenda. Sin duda recomendamos este tipo de viaje.


El recorrido.


Mi primer contacto, el día del embarque, en Amsterdam.


Camarote.


Salón Panorámico.


Biblioteca.

Navegación.


Navegación.


Navegación.


Navegación.


Atraque en Linz.


Navegación Panorámica Budapest.


Navegación Panorámica Budapest.

Vaya, me encantan las fotos nocturnas. Nosotros de momento seguiremos con los cruceros marítimos, por aquello de que seguimos viajando con niños. Pero tengo por seguro que en unos años estaremos en condiciones de hacer un fluvial, y si puede ser el de mercados navideños, mejor que mejor.

Saludos

Siempre tuve ganas de hacer un fluvial, pero me echo para atras cuando veo en los reportajes del canal Viajar que los pasajeros son muy muy mayores Habra que volver a plantearselo
Muchas gracias por este relato Gulliver. Las fotos estan genial

Jajaja. Ciertamente, o al menos en éste crucero, la media de edad ha sido elevada. Ahora, ya quisiera yo estar como un compañero de crucero, de Cantabria, que a sus 82 años nos dejaba a más de uno atrás, en todos los aspectos: físico, mental, etc.
Curiosamente la mayoría teníamos en nuestro haber gran cantidad de cruceros marítimos y otros, además, fluviales; por lo que el desenvolvimiento en las excursiones, bufett, actividades, etc nunca resultó caótico por desconocimiento de las más elementales normas de convivencia en un crucero.
Tanto nos ha encantado que sólo puedo decirte que ya estoy reservando mi segundo fluvial para el año que viene, jejeje.
Saludos.