Hola a todos,
Es la primera vez que escribo aquí, y lo haré para contar cómo nos robaron nuestras vacaciones y con ellas la primera experiencia abordo de un crucero de mi familia. Os lo cuento, por un lado, por si alguien ha tenido alguna experiencia similar y puede darnos algún consejo, y por el otro, para que toméis las precauciones necesarias para no pasar nunca por esta experiencia tan desagradable.
Contratamos a través de Rumbo.com en el NCL Jade que partía de Venecia el sábado 25 de julio de 2015. Éramos cinco personas: un matrimonio con dos niños y la abuela, así que contratamos un camarote para nosotros cuatro y otro para la abuela. Llegamos al puerto de Venecia, como aconsejan, unas 6 horas antes de la partida del barco con los billetes pagados e incluso el número de camarote asignado. En el momento de hacer el check-in nos dicen que hay un problema con nuestro camarote. ¿Qué problema? Que no estamos en el listado de pasajeros, nuestra reserva no existe.
Después de horas de espera, nervios y angustia, nos dicen que Rumbo ha cancelado nuestra reserva tres días antes, y que el barco va lleno, de modo que no hay ninguna posibilidad de reubicación. El personal de NCL mantuvo todo el tiempo la actitud de "este no es mi problema", "no tenéis reserva, no sois pasajeros". Que en parte comprendo, pero también creo que podrían haber mostrado algo más de empatía.
Había otras dos familias, también clientes de Rumbo, en la misma situación de reserva cancelada. Y al parecer había otras dos que sí pudieron ser reubicadas. En total cinco reservas canceladas inexplicablemente por Rumbo.
Total, después de 6 horas de intentarlo por todos los medios, llorar, rezar, patalear y todo lo que os podéis imaginar, el barco se fue sin nosotros. Nos quedamos 10 personas en tierra, los niños llorando desconsolados sin comprender por qué todo el mundo estaba en el barco y ellos no, y los adultos sin ninguna explicación razonable. A las 6 de la tarde, en el puerto de Venecia, sin reserva de hotel, sin vuelo para volver a casa y con toda la frustración del mundo.
Intentamos hablar con Rumbo por todos los medios y las respuestas fueron balones fuera todo el tiempo: "usted no se preocupe que lo estamos arreglando, en cinco minutos le llamamos". La primera llamada que recibí de Rumbo fue una hora después de zarpar nuestro barco. Ya os imagináis cómo lo han arreglado.
Hoy es martes y aun estamos en Venecia, y seguimos sin tener una explicación razonable, sólo la cómoda excusa de "un error informático". Parece que por fin nos han conseguido un vuelo para volver a Barcelona. Un vuelo que hemos tenido que pagar nosotros a precio de oro, como también hemos tenido que pagarnos los hoteles y comidas durante estos días que nos han dejado tirados. Al volver a España tocará denunciar e iniciar las acciones que sean necesarias.
En fin, sólo quería compartirlo con vosotros por si nuestra desafortunada historia puede prevenir a alguien. No hemos conseguido subir a nuestro primer crucero, pero no nos han quitado las ganas. Ojalá la próxima vez pueda contaros aquí una experiencia extraordinaria.
Un saludo!