El pasado 10 de enero el astillero alemán MV Werften se declaraba en bancarrota arrastrando consigo a su matriz Genting Hong Kong, propietaria asimismo de Crystal Cruises, Star Cruises y Dream Cruises.
La quiebra del astillero vendría provocada por los enormes costes de construcción del Global Dream, un barco de 208.000 toneladas brutas rematado al 75% y cuyo coste se estima en 1.500 millones de euros, lo que lo convierte en el crucero más caro de la historia.
Esto habría provocado un agujero de 148 millones de euros que imposibilitó que el astillero pagase las nóminas de diciembre a unos 2.000 empleados.
La situación del astillero ha provocado que su matriz, Genting Hong Kong, se acoja tambien a la ley de insolvencia de Bermuda presentando una demanda de liquidación, que pese a su nombre, no implica forzosamente la liquidación de la compañia, sino que abre las habituales posibilidades de concurso de acreedores, quitas de deuda, etc.
Ante este panorama, y con las dificultades actuales para operar con normalidad y rentabilidad por la pandemia, Crystal Cruises ha suspendido provisionalmente sus cruceros en los barcos marítimos hasta el 29 de abril, y en los barcos fluviales hasta finales de mayo
“Esta ha sido una decisión extremadamente dificil pero prudente dado el actual entorno del negocio y las noticias recientes de nuestra compañía matriz, Genting Hong Kong”, dijo Jack Anderson, Presidente de Crystal Cruises. “Crystal ha sido sinónimo de cruceros de lujo en los últimos 30 años y esperamos volver a dar la bienvenida a nuestros huéspedes cuando retomemos la operativa. Queremos agradecer el apoyo recibido de nuestros huéspedes y los agentes de viajes en estos momentos desafiantes”.
Los tres barcos operativos actualmente de Crystal Cruises son el Crystal Serenity y el Crystal Symphony en el Caribe, y el Crystal Endeavor en la Antartida, que terminarán sus viajes actuales.