Como parte de una estrategia más amplia para combatir la masificación turística y proteger sus islas, el gobierno griego también regulará el número de cruceros que pueden visitarlas. Santorini establecerá un límite de 8.000 pasajeros de crucero al día el próximo año. En Santorini, los manifestantes han pedido restricciones al turismo, como en otros destinos turísticos populares de Europa, como Venecia o Barcelona.
Una parte de los ingresos procedentes del impuesto a los pasajeros de cruceros se reinvertirán en las comunidades locales para mejorar la infraestructura. Esa es, al menos, la promesa política.
Los ingresos del turismo griego ascendieron a unos 20.000 millones de euros en 2023 gracias a las casi 31 millones de llegadas de turistas.
En 2023, 800 cruceros fondearon en Santorini, con 1,3 millones de pasajeros, de acuerdo con las estadísticas de la Greek Tourism Confederation, mientras que Mykonos recibió 749 cruceros y cerca de 1,2 millones de pasajeros en 2023, un 23% más que el año anterior. En total, 2,5 millones de pasajeros, lo que supondría una recaudación de 50 millones de euros si se aplica a todos los pasajeros.
En Santorini, el número de viajeros internacionales llegados en avión en 2023 fue de 743.000, mientras que en Mykonos la cifra fue de 546.000. Cifras muy inferiores a las de llegadas de cruceristas, pero a las que faltaría por añadirles los turistas que llegan en ferry desde otras islas o desde Atenas.
Realmente, la experiencia de visitar Santorini o Mykonos en crucero se ha convertido en una locura en los últimos años, con riadas de gente por estrechas callejuelas, colas para hacerse fotos en los lugares más fotogénicos o para bajar en teleférico al puerto de regreso al barco. Desconocemos si la tasa se aplicará a todo el pasaje de cada crucero y la pagará la naviera (repercutiéndola en el precio del crucero), o individualmente solo a los pasajeros que bajen del barco.
