La nave debía haber hecho escala en Barcelona, pero el mal tiempo no le permitió entrar en puerto y continuó su ruta hacia Genova, encontrandose en el Golfo de León mar arbolada. Mientras capeaba el temporal el barco "pinchó" una ola de unos 8 metros, y debido al impacto, los cristales del salón de proa rompieron y dos personas que estaban en su interior fallecieron mientras que otras dos resultaron heridas graves y fueron evacuadas a hospitales de Barcelona.