Para que las navieras puedan volver a navegar, deberán pasar una serie de fases para re-certificar su permiso de navegación en aguas de EE. UU. que incluirán:
- Establecer un laboratorio de pruebas de coronavirus a bordo.
- Organizar una serie de cruceros de prueba diseñados para demostrar que la naviera es capaz de mitigar el COVID-19 en sus cruceros. Los pasajeros voluntarios (que serán mayores de edad) serán informados de los riesgos a los que se exponen. Tanto pasajeros como tripulantes pasarán pruebas de coronavirus en la terminal antes de embarcar y el CDC podrá ordenar terminar el crucero inmediatamente si se detecta algún caso a bordo. Esto cruceros deberán poner a prueba todos los procesos habituales de un crucero:embarque y desembarque, actividades a bordo, restaurantes, entretenimiento, excursiones a islas privadas, procedimientos de evacuación, procedimientos de transferencia de personas contagiadas desde su cabina hasta las salas de aislamiento, cuarentena del resto de pasajeros y tripulantes no esenciales, etc.
- Un proceso de certificación de que cumple los requisitos técnicos y de que tiene acuerdos con las autoridades sanitarias locales de los puertos en los que vaya a operar.
- Una vez pasadas esas fases y certificaciones, podría volver a operar con pasajeros reales.
Mientras que en Europa algunas compañías ya han comenzado a navegar aplicando básicamente las mismas medidas pero sin cruceros de prueba, como TUI Cruises, MSC Cruceros y Costa Cruceros, en EE. UU. varias navieras ya anunciaron la suspensión de sus cruceros hasta el 2021, si bien podrían aprovechar los meses finales del año para llevar a cabo esos cruceros de prueba con pasajeros voluntarios.
La industria de cruceros en EE. UU. emplea a mas de 300.000 personas y produce cincuenta mil millones de dólares cada año.