Se trata de un retraso de 4 meses sobre la previsión original del 5 de febrero, debido tanto a las dificultades financieras y de gestión del astillero Hijos de J. Barreras, como a los múltiples cambios en el diseño impuestos por Ritz-Carlton según reportan los propios trabajadores de las gradas viguesas.
Los pasajeros afectados por este cambio recibirán un reembolso total además de una mejora en las tarifas para reservar un crucero futuro.
"Nos disculpamos sinceramente con todos los huéspedes que estaban listos para navegar con nosotros a principios del 2020", declara la naviera, que garantiza que la construcción seguirá adelante y que la demora valdrá la pena: "nuestro enfoque sigue siendo garantizar una entrega perfecta, con los estándares de calidad y servicio por los que The Ritz Carlton es conocido. Nuestro equipo está profundamente comprometido a entregar una construcción altamente personalizada y de vanguardia, que hará que nuestro yate inaugural sea el más distintivo de su clase", manifiesta.
La compañía hotelera negocia con Pemex (accionista mayoritario), para garantizar la viabilidad del astillero. «Tanto la nueva junta de Hijos de J. Barreras como la junta de The Ritz-Carlton Yacht Collection están trabajando de manera cooperativa hacia una solución a largo plazo para el astillero», comunica el grupo estadounidense.