En los últimos 25 años, el volumen de pasajeros de cruceros se multiplicado por 18, pasando de poco más de 480 mil visitantes en 1992, hasta los mencionados 10 millones de 2018.
Según los expertos, nuestro país tiene aún un gran potencial de crecimiento. Así, factores como la desestacionalización, la diversificación de destinos, la potenciación de nuestros puertos como puertos de embarque/desembarque, unidos a al abaratamiento del transporte, tanto aéreo como marítimo, han permitido que los cruceros sean accesibles a un amplio segmento de la población, con precios muy competitivos y una oferta muy variada.
Esta situación se puede hacer extensiva al tráfico de líneas regulares, que igualmente suma de manera progresiva visitas turísticas año tras año. En 2018 la cifra total de pasajeros de líneas regulares sumaron 26 millones de pasajeros, con un incremento superior al 4% sobre el año anterior. Aunque el grueso de estas líneas se concentran en las comunicaciones entre la península y el norte de África y las conexiones interinsulares, cada vez están ganando mayor protagonismo las rutas que unen España con Italia, Reino Unido e Irlanda.
- UN SECTOR QUE SUPONE 26.500 EMPLEOS, CON UN VOLUMEN DE NEGOCIO DE 1.255 M€
Es indiscutible la relevancia que tienen los puertos y el turismo de cruceros como elemento dinamizador de la actividad económica española. La aportación de la industria del crucero es muy importante para nuestra economía, ya que volumen de negocio generado en España supera los 1.255 millones de euros; da empleo (directo, indirecto e inducido) a más de 26.400 personas y representa un 10,9% del PIB del sector turístico nacional. Además, el turismo de cruceros da lugar a la promoción de otras zonas del país, incluyendo el turismo interior.
- NÁUTICA DEPORTIVA Y FAROS COMPLETAN LA OFERTA TURÍSTICA PORTUARIA
Junto a la oferta de cruceros, y aprovechando la privilegiada situación de las instalaciones portuarias, los puertos españoles ponen a disposición de los ciudadanos la posibilidad de disfrutar de las marinas y zonas náutico-deportivas que en el conjunto de los puertos del Estado suman cerca de 30.000 plazas de atraque. La existencia de estas zonas náutico-deportivas en nuestros puertos favorecen espacios de “transición” entre áreas ciudadanas y el puerto comercial, espacios absolutamente necesarios para garantizar una adecuada gestión e imbricación de los intereses de ciudad y puerto.
Según los últimos estudios disponibles, la náutica deportiva (construcción, reparación, industria asociada y servicios) aporta aproximadamente un 0,7% del PIB nacional y más de 110.000 empleos, directos e indirectos. Un sector, en definitiva, que se configura como un elemento de gran importancia dentro del desarrollo económico de España, que se encuentra en gran medida vinculado a otro sector clave para nuestra economía como es el turístico y de ocio.
Otra oferta más reciente, pero con una larga tradición en los países de nuestro entorno, es la posibilidad de alojarse en uno de los 187 faros repartidos por toda la costa española. De esta forma, el Ministerio de Fomento y Puertos del Estado están potenciando el valor social de los faros, por su legado histórico-técnico, a través del proyecto “FAROS DE ESPAÑA”, con su puesta en valor para la sociedad, una vez que ciertos espacios han ido quedando en desuso por la automatización de los faros.