Una ruta muy usual, y hasta trillada pero altamente demandada no solo por primeros cruceristas, sino por gente que desea volver a los puntos más turísticos del Mediterráneo, con sabor español. La incorporación del Monarch a la flota de Pullmantur para el año 2013, me hizo sentir curiosidad por la gran nave blanca. No es que sea un barco especialmente nuevo. Tenemos que remontarnos al año 1988, cuando Royal Caribbean quiere extender el negocio, y necesitaba un barco de grandes dimensiones. Con casi 70.000 toneladas, resultaba colosal en la época. Se buscaba otro Song of Norway, solo aunque multiplicando su tamaño casi por cinco. Cuando contemplas el barco desde el exterior, tienes una extraña sensación. Un barco grande, pero con depuradas líneas. Redondeados, y muy clásico. Nada de diseño cuadriculadas, sino la imagen de un barco de toda la vida.
Royal Caribbean adora romper límites, y sobre todo crear innovación y siempre con un impacto efectista. En 1988, su trascendencia mediática fue similar a la entrada en funcionamiento del actual Oasis o Allure of the Seas. La compañía usa la terminal de Royal, y ciertamente se nota una mejora sustancial en los procesos de embarques de grandes volúmenes de pasajeros. Aunque es innevitable encontrar ciertas colas, si acudes a la terminal a horas demasiado “punta”, no se perciben grandes caos.
Decoración:
Si queremos saber la historia de Royal Caribbean, naviera propietaria de Pullmantur, tendríamos que entrar en el Sovereign. En él, se ensayaron muchas fórmulas decorativas y de diseño que encontramos en los actuales barcos de la compañía americana. Un enorme atrio central, a donde confluyen todas las zonas comunes, desde la cubierta cuatro hasta la once, con ascensores de cristal, y que fueron los precursores del gigantismo de la compañía americana. Biblioteca y sala de internet en nivel 5, junto con recepción y zonas de excursiones, una amplísima gama de tiendas, con una equilibrada selección de tiendas.
Además encontraríamos el Café San Marco, con una zona de común que sirve de lugar de encuentro, o ideal para tomar un buen café Lavazza y acceso a zonas como los dos restaurantes principales. Lástima que en la época en la que se construyó el barco, no se hubiera inventado la brillante idea de hacerlos multiniveles, como en la clase Vision, y un casino con un brillante bar con grandes espacios. Además, el Spinaker Bar, que nos recuerda mílimetricamente al Schooner Bar de Royal, con su estética marinera de velas y maquetas. El gran salón central es el Rendez Vous, que va de babor a estribor, y nos recuerda mucho a los salones de los grandes trasatlánticos y que es usado para fiestas de varios tipos.
La decoración, es agradable, pero necesita retoques en muchos de sus elementos. Como barco grande, da la impresión de que algunas zonas han sido reformadas de forma correcta, y otras están en espera. No obstante, y salvando deficiencias soportables, el barco está en un estado optimo. La distribución global, es la que más se llevaba en los años ochenta, con una división vertical en gran parte de sus instalaciones. Zonas públicas como discoteca, Spa del mar, o el teatro de dos niveles en popa, y camarotes del centro a proa.
Me gustaron especialmente las zonas exteriores. Una zona de piscina especialmente amplia, en donde encontramos un par de bares, el usual bar Royal encajado en la chimenea, que resulta perfecto para relajarse y tener un "vista de pájaro" del barco, y algo que encontré especialmente bien diseñado, que fue el buffet. En forma circular con una gran vidriera, y con muchísimo espacio para sentarse en proa. También hay algo especialmente apreciado, como una cubierta de paseo, que va de proa a popa, y es contínua, pudiendo dar paseos, o footing sin interrupción.
Camarotes:
Es la parte más débil del barco. Viene de una época en donde los camarotes, no tenían balcón. Solo en la cubierta diez, y en lo que se refiere a los tres o cuatro tipos de suites. Tampoco se diseñaban los barcos a finales de los ochenta con demasiado espacio. No obstante, resultan luminosos, cómodos y suficientes si necesitamos un espacio para descansar. Echamos de menos más sofisticación, mesas de noche, y más espacio para almacenar cosas, armarios grandes, o sitio para sentarse, pero las camas son muy amplias, hay pantallas planas, y tenemos los elementos necesarios como secador de pelo, caja fuerte, y el baño tiene medidas adecuadas.
Comida y “Todo incluído”.
Uno de los principales activos de la compañía es el ofrecer todo tipo de bebidas incluídas en el precio del crucero. No es que cada marca esté dentro del precio, sino que se incluyen marcas genéricas, de una calidad adecuada al precio del crucero. Cavas, vinos, licores, y unos cafés espectaculares en cualquier parte del barco. El todo incluído no se extiende a las comidas que se pidan directamente en el camarote. En cuanto a la comida es una mezcla perfecta entre innovación, y sabores “patrios”. Pullmantur se vanagloria de dedicar una preponderancia especial a la comida española, y se ve en todos los aspectos. El buffet de desayuno es especialmente amplio con opciones como torrijas, gofres, tortilla española, etc. La comida se sirve usualmente en el buffet, y está dentro de los parámetros normales, y la cena hay dos opciones: en restaurante principal, y buffet aunque se sirve el mismo menú en ambos casos.
Adicionalmente un grill en zona de piscinas, que sirven de medio día hasta las siete hamburguesas, perritos, ensaladas, sandwitches, etc. Es la opción perfecta para horas muertas entre comidas. El único “pero” es que puede haber colas cuando la gente regresa en tromba de las excursiones. Me ha gustado mucho la cocina del restaurante principal, en donde todo suele estar en su punto. Pescados usualmente tiernos, sopas suculentas, y sobre todo postres espectaculares incluso en el caso de los “sin azúcar”. Hay un restaurante oriental WU de pago, aunque con precios racionales, y que sirve una especie de cocina de fusión de varias opciones gastronómicas orientales. Los horarios son de 13:00 a 16:00 en el buffet, el Grill de 12:00 a 19:00. Y en el caso del restaurante principal, abre de 19:30 en el primer turno, y a las 21:45 en el segundo para la cena. El buffet abre de 19:30 a 22:00. El desayuno se sirve en el buffet y restaurantes principales, de forma simultánea.
Tripulación y experiencia Pullmantur
Cuando alguien se pregunta: ¿habiendo tantos barcos impresionantes en el mercado por que tendría que elegir un barco con unos añitos?. ¿Sólo por el todo incluído?. Sin duda, hay algo que destaca sobre todo, y que supera a cualquier naviera. Las tripulaciones valen su precio en oro. No solo amabilidad, cariño y sobre todo empatía, sino detalles tan excepcionales como que Ricky Hernandez, jefe de animación se acuerde que estuviste a bordo en otro barco, y te dé la bienvenida con un abrazo. Hay algo que caracteriza a Pullmantur es convertir cada singladura en una fiesta constante. Su animación es particularmente hábil para involucrar a sus pasajeros, en el “golgorio”.
Noches temáticas, la socorrida fiesta tropical con la conga de los camareros pasajeros, y siempre el tonito latino en cada esquina. Por lo demás se ofrece los ingredientes de cualquier crucero tradicional. Bingos, trivial, manualidades, clases de baile, noches de gala, buffets temáticos, y atractivos adicionales como gimnasio, un SPA renovado, y detalles nuevos en la naviera como un rocódromo, etc. El vestuario es usualmente relajado e informal. Me ha gustado mucho el nivel que están alcanzando los shows de la compañía. Mucho más sofisticados e internacionales, innovadores y sobre todo con una impecable presentación como en el caso de “Sorry”. Sin duda, Adriana Locilento está haciendo un trabajo excepcional. Hasta la fiesta tropical en el Rendez Vous, con la animación bailando como gogos, en jaulas semiluminadas de tela, ponen una nota de “cierta calidad”, en un sector en donde abundan la animación “demasiado chusca”.
La ruta
El Sovereign operará el “Brisas del Mediterráneo” desde Barcelona desde el 21 de abril, al 24 de noviembre. Saldrá todos los sábados, y desde 359 euros se podrá navegar una semana tocando las escalas más importantes del Mediterráneo Occidental como Túnez, Nápoles, Civitavecchia, Livorno, y Villefranche. Una opción popular, divertida, española, y de calidad media para quien busque una experiencia óptima de crucero generalista.