En la ruta solamente había una escala, Estrasburgo, que puede sonar medianamente conocida como destino turístico, el resto: Nimega, Colonia, Coblenza, Maguncia y Breisach, no me sonaban de nada, y eso es lo mejor, porque adoré cada una de esas ciudades, y las fotos de este artículo, demuestran por qué.
Algo que echa para atrás a muchos cruceristas de mar es que el barco de los cruceros fluviales es bastante pequeño y carece de un gran teatro para espectáculos, piscinas, jacuzzis y todo eso. Y es cierto, pero una cosa no quita la otra. A mi me encantan los barcos grandes y con todo tipo de instalaciones, pero eso no me impide disfrutar también de los barcos fluviales. He disfrutado de grandes resorts en EE. UU., Rep. Dominicana, y hoteles en el centro de Nueva York o Londres, pero eso no significa que no me gusten las casas rurales, son conceptos de alojamiento totalmente distintos. Uno más frenético, y otro más tranquilo.
Antes de meterme en materia con la ruta y el barco, quiero comentar que en este crucero el 80% de los pasajeros eran de habla hispana, y, además, las dos personas con más contacto con los pasajeros también lo hablaban y parte de los tripulantes de servicio también. Es decir, cero problemas con el idioma y, además, las excursiones también eran en español.
La ruta
Ámsterdam (Países Bajos)
El día de embarque no se embarca hasta las 18:00 así que si llegas pronto puedes aprovechar el tiempo en Ámsterdam, y una vez hayas embarcado y cenado puedes salir a dar una vuelta y callejear por el Barrio Rojo en su mejor momento.
El barco se queda por la noche en Ámsterdam y parte al día siguiente a las 19:00 así que tienes tiempo de sobra para visitar la ciudad y alguno de sus museos, como el Rijksmuseum o la casa de Ana Frank.
Nimega (Países Bajos)
Nimega es una pequeña ciudad de 168.000 habitantes, pero no es una ciudad cualquiera, es la ciudad más antigua de Países Bajos. Aquí se ofrece una excursión al museo al aire libre de Arnhem, situado en un parque arbolado, con 80 granjas auténticas, molinos, talleres, casas, una escuela y una iglesia que evocan la arquitectura y la vida de antaño en las provincias de los Países Bajos. Aunque sonaba muy bien yo preferí descubrir Nimega a pie y fue una visita muy agradable comenzando por la moderna dársena de Waalhaven y cruzando luego al precioso parque Kronenburgerpark donde una torre con un lago artificial a sus pies forma una imagen idílica.
Continué el paseo por la calle semi peatonal Lange Hezelstraat, repleta de bonitos comercios, hasta llegar a la Plaza del Gran Mercado (Grote Markt), que rebosaba de actividad un domingo por la mañana. El edificio Butterwaag destaca entre los demás, construido en 1612 y restaurado en 1886 ha sobrevivido hasta el día de hoy prácticamente intacto, incluso a pesar de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.
A través de una arcada accedemos al Iglesia de San Esteban, o Stevenskerk, una impresionante edificación de 750 años de historia, reconstruida tras la 2ª Guerra Mundial.
Seguí caminando por la calle entre puestos del mercadillo dominical hasta llegar al parque Valkhofpark donde está la capilla de San Nicolas y las ruinas de Barbarroja (el ábside de una iglesia). Desde ahí volví por la orilla del Rin al barco, satisfecho de haber descubierto una ciudad tan bonita completamente desconocida para mí.
Colonia (Alemania)
En Colonia este crucero solo para a dejar los pasajeros que hacen la excursión, y luego el barco sigue hasta Konnigswinter, a 50 Km en coche. Es decir, que lo más lógico es hacer la excursión con la compañía para no perderte esta bonita ciudad con la catedral gótica de Colonia, el monumento más visitado de Alemania.
El guía nos enseñó varios preciosos edificios y rincones de Colonia mientras nos íbamos acercando a la catedral, pasando por la famosa casa de Eau de Cologne, donde Johann Maria Farina creó su universal perfume en 1709.
La Catedral de Colonia es un templo de estilo gótico que empezó a construirse en 1248 y se terminó en 1880, momento en el que se convirtió fugazmente en el edificio más alto del mundo con sus 157 metros, hasta que cuatro años más tarde, se finalizó el Monumento a Washington con 169 metros.
El guía nos dio tiempo libre para explorar su interior, fabuloso, y a determinada hora el grupo se reunió de nuevo en el exterior para subir al autobús que nos llevaría a Konningswinter, otro encantador pueblo donde el MS Symphonie llegaba casi al mismo tiempo que nosotros para recogernos y servir la comida.
Coblenza (Alemania)
Pocas horas después llegamos a Coblenza, donde se hace una escala en dos partes. Primero el barco atraca en el centro de la ciudad 3 horas, que sirven para pasear hasta Deutsches Eck, una monumental escultura ecuestre de Guillermo I, el primer emperador del Imperio Alemán, erigida en 1897 como reconocimiento a su papel en la unificación de Alemania, justo en la confluencia del rio Mosela con el Rin.
Tras ello, paseé por la orilla del Rin hasta el imponente Edificio del Gobierno Prusiano y otros aledaños que forman un conjunto monumental precioso, y volví al barco callejeando. Tras embarcar, el barco se mueve del atraque inicial en el Mosela, a otro atraque en la orilla contraria del Rin, desde donde se contempla la ciudad mientras cenas.
Después de cenar tuvo lugar la actuación de un trio alemán que interpretó canciones populares con mucho sentido del humor. El barco hace noche en Coblenza.
El Rin romántico
A la mañana siguiente el MS Symphonie parte hacia Maguncia, navegando por el llamado Rin Romántico, una zona donde se concentran nada menos que 27 castillos a orillas del rio, además de la famosa roca Loreley.
Es una mañana ocupada, sacando fotos a un lado y otro mientras se suceden castillos de todo tipo, viñedos, y encantadores pueblos que te encantaría bajarte a visitar uno por uno.
Maguncia (Alemania)
Maguncia, fundada por los romanos hace más de 2000 años, otra ciudad que no me sonaba de nada y que jamás tendría interés en visitar de no ser por este crucero, pero… ¡Oh! ¡Sorpresa! ¡Otra maravilla!
El barco atracó junto a un idílico chiringuito donde me hubiese quedado de buena gana, pero, fui a ver cosas… así que, caminé por la orilla del Rin admirando los preciosos edificios que bordean el rio, y tras atravesar un parque llegué a la plaza Liebfrauenplatz, donde a la derecha tenía el Museo Gutenberg, originario de esta ciudad, y de frente la Catedral del Maguncia.
La excursión de Croisieurope incluye la entrada a ambos monumentos, pero yo iba por libre, así que entré en la Catedral, no sin antes sacar buenas fotos de la Fuente del Mercado y de los fabulosos edificios de cuento de la Plaza del Mercado.
La catedral, románica de piedra arenisca roja y con chapitel barroco, está llena de espectaculares esculturas conmemorativas de obispos y otros personajes históricos, que, desde mi ignorancia, producen cierto sonrojo por la ostentación y egolatría que desprenden.
Mientras callejeaba por Maguncia, me crucé con otros pasajeros del barco, quienes me informaron que no podía irme de la ciudad sin visitar las famosas vidrieras del pintor ruso-francés Marc Chagall en la Iglesia de San Esteban, así que para allí que fui, y la visita no solo mereció la pena por las vidrieras, sino también por el bonito claustro de la iglesia.
Volví callejeando hacia el barco, fotografiando mas bonitos rincones y con la sensación de otro día bien empleado viendo mundo.
Estrasburgo (Francia)
Aunque el barco navega toda la noche, todavía emplea parte de la mañana en llegar a Estrasburgo, y es que se me ha olvidado comentar, que durante el trayecto, se pasan varias enormes esclusas que son todo un espectáculo para ver la maniobra.
Estrasburgo es una preciosa ciudad que conozco bien pues he estado varias veces, y aunque tiene bastante turismo, creo que todavía es una gran desconocida que se pondrá de moda en algún momento. Bueno, lo cierto es que la visité una vez en Navidad y estaba hasta los topes, pero en verano la verdad es que se paseaba sin ningún agobio ni colas para nada.
En Estrasburgo hay tres puntos de interés principales entre los que se bascula, la Plaza Kebler, la catedral, y la Petit France.
Breisach - Colmar (Francia)
Breisach era otra ciudad o pueblo que no me decía nada, pero sabía que en esa escala se podía visitar Colmar, que ya visité en Navidad de 2021, y me apetecía verlo sin la decoración navideña, así que contraté la excursión de Croisieurope.
Un simpático guía español nos fue dando algunas informaciones mientras el bus hacía un breve trayecto de media hora hasta Colmar, donde comenzamos la visita entrando en el Museo de Unterlinden, que alberga el famoso Retablo de Isenheim, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald.
Debo confesar que durante la visita al museo estaba un poco impaciente por terminar y salir afuera, pues conocía previamente la belleza de esta ciudad, las fotos hablan por si mismas.
¿Parece un parque temático, un decorado? Pues no, esto es todo original, pero si que es completamente cierto que es la inspiración de Disney no solo para sus parques temáticos, sino también para muchas de sus películas de animación.
El éxtasis total llega en la zona llamada La Petit Venise, con dos puentes en los que se hacen fotos idílicas de lo que es considerado uno de los lugares más bellos de Europa.
Basilea (Suiza)
Mi vuelo despegaba de Basilea a las 10:20, así que solo puede tomar un taxi y despedirme de este viaje tan increíble con, literalmente, más de mil fotos y videos en mi móvil.
El barco MS Symphonie
El Symphonie es uno de los barcos más antiguos de Croisieurope, pero fue renovado íntegramente y luce igual que los nuevos barcos de la compañía.
Los camarotes de la cubierta alta cuentan con camas gemelas mirando hacia la ventana y un televisor que se despliega a los pies de la cama desde el techo. En el lateral está el escritorio y los armarios, y tras las camas tenemos el baño, moderno y práctico
Los horarios de comida son europeos y se come a las 12:30 y se cena a las 19:00 o 19:30, pero como todas las escalas están planificadas en base a ese horario te acabas adaptando. Hablando de comer… ¡cómo se come en Croisieurope! No sabría recordar el nombre de la mayoría de los platos, pero si su excelente sabor y presentación. No son platos pretenciosos de nombres rimbombantes ni presentaciones de alta cocina, es simplemente cocina muy resultona.
Si que recuerdo varios platos “típicos”, por ejemplo, el chucrut con carne y salchichas, como si fuese una versión alsaciana de los cocidos españoles, y también el bombón de foie gras acompañado de pan brioche y vino dulce, un clásico en los cruceros Croisieurope que hacen honor así a su origen francés (de hecho, su central está precisamente en Estrasburgo).
El menú es fijo, es decir, no se escoge nada, salvo que manifiestes alguna alergia o que algo no te gusta especialmente, que te pueden preparar una alternativa, y al menos un par de veces durante el crucero se cambia a modo buffet.
Además del comedor y los camarotes, el MS Symphonie tiene un salón social en proa, con una pequeña pista de baile, donde puedes pasar las horas de navegación fresquito leyendo o viendo el paisaje, y donde por la noche hay algo de música en vivo, la mencionada actuación del trio alemán, y otras actividades como una conferencia sobre el Rin en la tarde de Breisach.
En la cubierta superior está el puente de mando, una zona de sombra con mesas y sillas y muchas tumbonas. No hay piscina ni nada para refrescarse en este barco, ya que tradicionalmente las temperaturas no alcanzaban muchos grados en estas latitudes ni en verano, pero el cambio climático está cambiando esto y quizá la naviera deba pensar en instalar algo.
Conclusiones
En definitiva, un crucero muy, muy recomendable, en mi opinión. Quizá alguna escala sea demasiado corta, pero es debido a la gran distancia que recorre el crucero, 850 Km entre Ámsterdam y Basilea. Es un viaje de una intensidad visual y cultural increíble, y si añades una noche en Basilea para poder visitarla con calma, más todavía.