Abril 18, 2024
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Me han tratado muy mal

08 Abr 2019 16:57 #1921331 por gepigom2883
Esto que estoy escribiendo me ha pasado recientemente en el crucero que he hecho, repitiendo trayecto (porque nos gusta a toda la familia) y barco (concretamente con Costa Deliziosa), entre el 3 de marzo del 2019 y el 27 de marzo del 2019 en la que aún sigo esperando respuesta alguna de Costa tras haber terminado mi crucero. En esta ocasión, este crucero lo realicé sola para, supuestamente, desconectar de todos los problemas que he tenido y habiendolo pagado tranquilamente el año pasado. Mis padres fueron ellos previamente y, lo que voy a contar a continuación, les sucedió exactamente lo mismo con el tema de la mesa y los metres.

Cuando llegué a mi crucero, el 3 de marzo, la representante de los ingleses y americanos (que no la nombraré por aquí ya que dejé constancia de su nombre en un escrito a Costa Cruceros) me dio la espalda cuando fui a saludarla educadamente y se limitó a saludar a una pareja de americanos. Ya de que por sí los ingleses son racistas por naturaleza (o por lo menos una parte de ellos) creo conveniente señalar que todo lo que defienda y piense una persona debería de dejarlo en casa puesto que está trabajando cara al publico y debería de haber tenido un poquito de educación y respeto hacia mí.

Después del desastre de simulacro de emergencia, que no fue anunciado dentro del Diario de A Bordo como viene siendo habitual en todas las navieras si no que se anunció por megafonia y apenas pude entender la hora del mismo ya que me encontraba en ese momento comiendo en el buffet y habia mucha gente hablando, me fui a cenar al restaurante principal. Me encontré que no se respetó lo que reservé en su día, a través de la página web MyCosta antes de venir al crucero y con tiempo, el emplazamiento de la mesa en la cubierta 2 en la zona central en una mesa de 6 (incluyéndome) debido a que me mareo con cierta facilidad en caso de tempestad. Me encontré que mi mesa estaba en la cubierta 3 al fondo del todo, donde están las cristaleras de popa, en una mesa de 12. Además habia tres parejas que se habían conocido una semana antes de venir yo y un señor argentino maleducado que se peleó, sin tener la camarera la culpa, por una tonteria.

Me fui a hablar con el metre al día siguiente, puesto que esa noche había una cola bestial para poder cambiarme de mesa, puesto que me encontraba aislada por el grupo, intimidada por ese señor maleducado e incomoda puesto que, al estar en la popa del barco, se hace bastante molesto cenar cuando hay mala mar. El metre me dijo que me podía cambiar sin problemas de la mesa 266 a la 264 que había un grupo de españoles el cual más adelante os explicaré el por qué me volví a cambiar. La camarera era muy rápida y eficiente en servir los platos. También se lo dije a mi representante de habla hispana pero, esta vez, no hubo ningún problema.

En el segundo día de mi crucero hubo un coctel para todo el mundo, me arreglé muy bien y fui a saludar al director de cruceros a la entrada del teatro el cual fue muy rancio y seco conmigo cuando lo salude, al igual que la representante de UK, el cual me giró la cara y parece que le molestó cuando mencioné al antiguo director de cruceros, Max, el cual es una persona maravillosa y cercana y no como este director que lo encontré bastante frio y seco. Todo el mundo estaba de acuerdo con mi opinión acerca de él. No era una persona carismática y ni siquiera interactuaba con los huespedes cuando terminaba cualquier actuación en el teatro y se limitaba anunciar cualquier actividad a posteriori al teatro.

Pronto empecé a hacer amigos, dada mi facilidad con el inglés, y conocí a una pareja de Puerto Rico, que se bajó en Marsella, super encantadores.

Una noche, mientras esperabamos para ir a cenar en el restaurante, el director de hotel se puso a conversar, delante de ellos, conmigo para tener una reunión informal junto con la representante de habla hispana y con el director de los socios del Costa Club para tomar café y que me conociera y que conociera de antemano si tuviera algún problema. Es muy majo pero es una persona que está bastante ocupado como para estar con él una hora para solucionar problemas. Acordamos en que quedaríamos algún día y después de que se fuera, el marido de la pareja de Puerto Rico me propuso sentarnos juntos e intentar que nos juntaran en alguna mesa de la cubierta 2 en la zona central.

Al mediodia, después de comer, fui a hablar con el metre de nuevo y le comenté el problema que tenía con el grupo de la mesa 264 que estaban siendo muy groseros y bordes conmigo y que habia conocido a una pareja y que nos queríamos sentar todos juntos. Le dí tanto el numero de camarote de ellos como el mío y me aseguró que me podría cambiar sin problemas. Apuntó los numeros y, supuestamente, hizo el cambio.

Mas tarde me encontré al marido y me dijo que los habian cambiado a la mesa 277, dejandoles un papel en el camarote, y le comenté que nos veríamos más tarde, en la cena, para cenar. Contaba con que yo también estaría en la mesa con ellos y no con los ordinarios y groseros de la mesa 264.

Por la noche fui a la mesa 277 para sentarme a cenar cuando descubrí que había dos sillas para ellos solos. Empecé a cabrearme y me fui a hablar con el otro metre, un filipino calvo, para comentarle que al mediodía fui a hablar con el metre (jefe) y me dijo que no había ningún problema en que me sentara con ellos pero, en vez de buscar una solución como poner otra silla y otro servicio, me contestó de muy malas maneras, en inglés: "VUELVA A SU MESA (A LA 266), ESTO ES LO QUE HAY Y TE JODES". ¿TE JODES ES LA RESPUESTA HACIA UN CLIENTE? Me cabreé muchísimo y me tuve que JODER en la 266 (mesa de origen donde estaban las tres parejas y el maleducado del argentino) hasta que hubo un reajuste de mesas en Savona la cual me tocó la 272.

Como fue misión imposible hablar con el director de hotel, al día siguiente, para mostrar mi indignación, dado que está muy ocupado, empecé a realizar reclamaciones (gastando datos del paquete de internet) a Costa a través de las redes sociales y a través de email pero estos, en vez de tomar medidas, se limitaban a disculparse. Fui a hablar con mi representante de habla hispana e intentó mediar entre el metre y yo para que me cambiaran la mesa pero nada, le pasaba exactamente igual que a mí. No hacía ni caso. Le entraba por un oido y le salía por el otro.

En los días de navegación, cruzando el Atlantico, por la tarde fui a hablar con el representante de los socios de Costa Club para comentarle lo de la cita con el director de hotel y quedamos el día de navegación entre Malaga y Marsella para tener la reunión informal. No duró más de 15 minutos puesto que estaba muy liado y ya me hubiera gustado hablar tranquilamente con él para decirle todo lo que he escrito aqui (más la carta que envié a la sede central de Genova en inglés) para haberlo solucionado y haber tenido un crucero tranquila.

Ese mismo día, que tuve la reunión informal, por la noche, mientras estábamos una mujer argentina y yo hablando de una de las ultimas parejas que quedaba en la mesa 264, estos, molestos por nuestros comentarios sin importancia (aunque era verdad), se levantaron y se sentaron sin pedir permiso en otra mesa con otros huespedes. No me iba a quedar de brazos cruzados y fui a hablar con la representante de habla hispana para mostrar mi indignación ya que yo estuve pidiendo, con educación, el cambio de mesa que nunca se llegó a hacer.

Quería además aclararos que durante mi crucero, entre Port Everglades y Savona, las mesas centrales de la cubierta 2 estaban sin huespedes. No entiendo el motivo por el cual esas mesas no estaban ocupadas.

Al llegar a Savona, hubo un reajuste de mesas y a mí me cambiaron a la 272 donde había un camarero que era extremadamente lento en servir los platos. Daba más paseos que traer los platos. Por ultima vez, esa misma noche, hablé con el metre y me dijo que, ya que una vez que habia hecho amigos en la 266 porque una de las parejas se bajó en Malaga, me podía cambiar sin problemas al día siguiente. Me aguanté esa noche.

Al día siguiente, por la noche, me fui a mi anterior mesa, la 266, y la camarera me dijo que la mesa estaba ya ocupada al completo y que no tenía constancia del cambio mio. Como ya me quedaban 4-5 dias para terminar mi crucero, en vez de montar el numero y tener, además, un enfrentamiento con el capitán, pasé de cenar en el restaurante y me fui a cenar al buffet.

Al mediodía quería pedirle explicaciones de por qué me estaba mintiendo todo el rato pero, en vez de dar la cara, me dio esquinazo sabiendo que me había mentido.

En Bari, mandé un escrito en inglés a la sede central en Genova comentando todo lo que me pasó a bordo, y el último día de crucero tanto el representante de los socios de Costa Club como el director de hotel se preocuparon de todas las reclamaciones que habia hecho a través de las redes sociales como por email. Le comenté que no estaba muy contenta con el servicio que había recibido y me molestó que defendiera a su compañera, la representante de los ingleses, comentandome que "era una buena persona" cuando conmigo se portó muy mal.

Si mi compañero de trabajo hace algo mal, desde luego que no lo apoyaría ni lo defendería. Él se ha buscado el problema, pues tendrá que dar la cara al igual que los cuatro empleados que se han portado muy mal conmigo con sus jefes en vez de llamarme a mí la atención.

No es solamente el tema de la mesa, también, dos días antes de llegar a Tenerife cogí un buen catarro y tenía mucha fiebre. Acudí a recepción por la noche para que llamaran al medico para que me pudiera atender puesto que estaba ardiendo pero, en vez de llamarlo, me contestó el de la recepción que 37,5º C de fiebre no consideran ellos prioritario como para llamar al medico, que me iba a cobrar una pasta y que me fuera a mi camarote que me iban a traer una manzanilla. Como podeis entender, a pesar de que me tomé un sobrecillo con la esperanza de que me bajara un poco la fiebre, no pegué ojo en toda la noche puesto que la fiebre me impedía dormir aparte de la tos.

Fue al día siguiente cuando acudí al medico para que me recetaran un antibiotico y seguir con los sobrecillos. Mejoré un poco pero en cuanto terminé el antibiotico seguí con la molesta tos puesto que había pasajeros y parte de los empleados que se encontraban también enfermos y mucha gente no se pone la mano para toser. He tenido que acudir a mi medico de cabecera para que me recetara otra cosa para recuperarme en cuanto he terminado el crucero.

Como veis no hay protocolo de actuación en caso de gripe (o influenza como lo llaman ellos) puesto que yo, voluntariamente, me quedé en el camarote hasta que no me bajase la fiebre. Seguía caliente a pesar de que me estaba empezando a tomar la medicación.

En cuanto entretenimiento os puedo comentar que en los quiz no hay control y siempre gana el típico tramposo que se esconde de todo el mundo y gana todos los premios de a bordo puesto que utiliza el movil o tiene ya las respuestas escritas y no dan oportunidades a otros pasajeros que estamos más cerca del grupo de animación. Deberían de delimitar el área para que nadie haga trampa y más control.

Como resumen, Costa se limitó a pedir disculpas en vez de tomar medidas serias y drásticas como despidos puesto que yo soy un huesped, y no una empleada, que se ha tomado la molestia de gastarse un dineral en unas vacaciones que no he podido disfrutarlas al 100 %.

Ellos me han ofrecido un descuento irrisorio de 100 € para la reserva en otro crucero, ni lo voy a aceptar, puesto que lo que estoy pidiendo, y que vienen en las condiciones de contrato, es que se me reembolse una parte o la totalidad de las propinas de a bordo, que ido pagando todos los dias sin rechistar, puesto que no estoy satisfecha al 100 % con el servicio recibido.

Tengo reservado otro crucero con Costa pero, viendo lo que me ha pasado, lo he cancelado y me voy con otra naviera que me trate con respeto y educación tanto a mí como al resto de pasajeros porque Costa está yendo a pique con tanto recorte tanto en servicios, como en entrenimiento (no innovan) como en atención al cliente.

Como cualquier huésped, no voy a tolerar empleados/as mentirosos, groseros... puesto que fastidian y amargan las vacaciones a cualquiera y tampoco voy a tolerar la pasividad de Costa en tomar medidas drásticas y serias contra los empleados y no contra los huespedes que están reclamando la mejora de un servicio mientras se encuentran de vacaciones como es mi caso.

En ningún caso quise tener un buen enfrentamiento que pusiera en riesgo mi estancia ni tener problemas con el capitán. Hice lo correcto y esperaba que Costa moviera hilos desde fuera y más viajando sola. Estoy muy decepcionada y no voy a reservar más cruceros con ellos.

No solamente he hecho este crucero con Costa sino también he viajado varias veces con Costa, en algunos bien y otros regular, pero esta vez, por culpa de esos cuatro empleados, valoro una atención pésima por parte de la central de Costa Cruceros puesto que mi asistente de cabina, mi camarera de la mesa 266, el capitan, el equipo de animación (el que hay ahora), la mayoria de empleados, el director de hotel y el resto de tripulación se portaron de maravilla conmigo.

En cuanto al barco, tanto este como el Luminosa, son mis dos barcos favoritos porque me gusta mucho la distribución tan directa para ir de un punto A a un punto B aunque la decoración sea muy hortera y pasada de moda.

El Fascinosa no me gusta para nada porque dos veces me perdí por el barco para encontrar mi camarote.

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