Mi primer contacto con Costa Cruceros ha sido éste (Costa Diadema). Me apetecía probar un barco recién inaugurado. Sin embargo una especie de sentimiento agridulce, amor-odio, sí pero nó; es la sensación que saco al final de mi experiencia con Costa. No obstante, vaya por delante, que ésta es tan sólo mi visión/opinión.
Comenzando con el embarque, es el que mas he tardado en llegar a mi camarote: 2 horas desde que entregué mis maletas en el muelle. No hay distinción entre categorías de alojamientos. De hecho, cuando llegué al camarote ya estaban las maletas. Bueno, faltaba una. Nos fuimos a comer al bufet dando así tiempo a que la maleta extraviada llegara. Regresamos nuevamente al camarote y la maleta sin aparecer. Bajamos al Servicio de Atención al Cliente y aquello era un caos total. El poco personal de atención desbordado. La atención era con números, como en el súper. Cuando nos toca al cabo de ni se sabe cuanto, y preguntamos por nuestra maleta nos comentan que ha sido retenida por llevar una botella de agua, ¿...? Puedo entender que llevar una plancha está concretamente prohibido, pero ¿una botella de agua?
El Simulacro de Emergencia. Como es lógico, imprescindible y obligatorio, pero ¿que pasa cuando no hay un solo puerto de embarque (Barcelona) como es el caso, sino que en todas las escalas embarcan y desembarcan pasajeros? Para el que embarca, imprescindible y obligatorio. Pero ¿y para los que ya lo hicimos el simulacro el primer día y ahora estamos descansando y/o durmiendo siesta en el camarote y suena por la megafonía general, camarote incluido, la llamada al simulacro para los que acaban de embarcar?, ¿qué tengo yo que ver con esto? Y así, en todas las escalas y todas las tardes. Bueno, menos la del día de navegación, afortunadamente.
La zona Spa Samsara. Me parece una pena, en un barco de éstas dimensiones, dedicarle a la bañera-jacuzzi del Spa Samsara (llamarle piscina-jacuzzi me perece demasiado) unas dimensiones tan ridículas. Si con 10/12 personas se podría poner ya el cartel de "Completo", ¿que hacemos con el resto de los 140 camarotes/suites Samsara en ocupación doble: 280 personas cuyo acceso es libre si decidiéramos ir a la vez? Las saunas en sus distintas versiones, pequeñas y las camas calientes insuficientes.
Los restaurantes dedicados a bufet, algo agobiantes, nada prácticos: Tazas/vasos por un lado, servilletas por otro, los cubiertos en la mesa en un dispensador. Me parece más higiénico el sistema tradicional de recoger los cubiertos envueltos en servilletas y no colgados en un dispensador. Las mesas demasiado juntas. La comida aceptable si bien le falta algo mas de variedad.
El Restaurante Samsara, que es el que me correspondía por alojamiento, este sí que sí. Es un oasis de paz dentro del barco. Cómodo, agradable, con un servicio impecable y la comida exquisita. Además con la posibilidad de escoger tanto de la carta Samsara como de la carta del restaurante general (Fiorentino).
Los espectáculos del Teatro Emerald algo flojos y, al igual que en las actuaciones nocturnas y de entretenimiento en los distintos espacios, con la música "enlatada". Sólo escapa a ésto el grupo del Country Rock Club que sí tocaban en directo.
El camarote, Samsara con balcón, tiene un tamaño standart y bastante luminoso, si bien la mesita de noche está reducida a la mínima expresión.
Como se suele decir: "para muestra, un botón". Lo que ésta en la mesita es un paquete de pañuelos de los pequeños.
No se si me dejo algo en el tintero, pero esta ha sido mi experiencia Costa. Con éstos contratiempos y sin sabores, no me parece probable que repita con Costa Cruceros.
Saludos.