Y el final, SOUTHAMPTON.
Era la segunda vez que atracaba en esa ciudad, pero sigo sin conocerla.
Menudo tiempecito. El peor día de todos, se lo pasó diluviando.
Como allí no hubo manera de organizar excursión y había gente que ya conocía la zona ... otra vez por libre.
Mi marido y yo fuimos los más madrugadores y como ya salimos lloviendo, cogemos un taxi hasta la estación. Viene a ser unas 6 libras por trayecto, pero se puede ir andando perfectamente. No está lejos.
En la estación "pillamos" billetes para Salisbury (ida y vuelta, 24 libras los dos). Es posible que cueste incluso algo más barato. Creo que con mi maldito inglés no acabé de entender bien la pregunta que me hicieron en taquilla sobre el horario de vuelta. ???. Eso sí, también hay que estar muy atentos al tema de vías, tren en cuestión y demás.
Llegamos antes de las 10,00 a tiempo de tomar el primer autobús a Stonehenge, pero tuve que espabilarme para encontrar cambio porque el cobrador (estúpido como era) insistía en que le diera el importe justo, porque no tenía nada suelto. No fui la única a la que le tocó correr, bajo la lluvia y armada con el paraguas. Suerte que la estación de tren está allí mismo y el de la taquilla me cambió.
Esta es la página del autobús:
www.thestonehengetour.info/
Nos costó 54 libras con las entradas.
Para cuando llegamos a Stonehenge, diluviaba y el aparcamiento ya empezaba a llenarse. Con una parca explicación en inglés, que al parecer no entendió nadie en el autobús, el conductor se bajó y nos dejó allí encerrados. Resulta que se había ido a adquirir las entradas que nos repartió a su vuelta. Digo que no le entendió nadie porque una chica joven no sé ni cómo forzó la puerta y se marchó echando pestes.
Segundo paso, una vez dentro del recinto de acogida, si quieres ir hasta las piedras, has de subirte a los minibuses que van y vienen desde ellas hasta el centro de acogida. Recordar que diluviaba y os podéis hacer cargo de la odisea.
Con las ventanillas del minibús completamente empañadas no se veía ni torta.
El sitio es impresionante, pero por culpa del dichoso tiempecito no lo disfrutamos nada de nada. En vez de cubrirme yo, el impermeable servía para mantener protegida la máquina de fotos. De tanto en tanto, hacía una foto, limpiaba el objetivo y otra vez al impermeable. Me faltaban manos para hacerme cargo de la cámara, el bolso, el paraguas y la audioguía (es gratuita y te la dejan en el centro).
Dimos la vuelta al círculo al galope. Una pena!!!. Menos mal que habíamos visto el Ring of Broad en Kirkwall, pero no es lo mismo.
Cuando ya salíamos nos encontramos con
eidiesel y su familia, que llegaban en ese momento con un autobús posterior. El mismo que nos sirvió a nosotros para regresar a Salisbury.
Descendimos ante la Catedral y al galope otra vez hasta el interior del templo. Hay una especie de taquillas y "la voluntad establecida" es de 7 libras por persona. Yo pagué, pero unos franceses con los que habíamos coincidido ya en el tren, se colaron por el morro. Para que después hablen de nosotros. El que no corre, vuela
.
Es un edificio imponente que se merece la fama que tiene. En ella nos encontramos a
egipto y familia. Coincidimos las dos intentado secarnos un poco con las maquinitas de los lavabos.
Del pueblo, poco puedo decir, paseo al trote bajo la lluvia para volver a la estación (desistí de esperar al dichoso autobús) y era la única manera de ver algo. Parece muy bonito, así que el que tenga oportunidad, que lo disfrute.
Tren de vuelta a Southampton y a refugiarnos en el barquito. Por suerte, no nos enfriamos, al ser el día siguiente de navegación nos sirvió para descansar.
Haciendo memoria, esos días en que nosotros nos movíamos en torno a los 15º, en la península hubo un episodio inusual de calor con temperaturas de hasta 30º
.