El Crystal Symphony es uno de los dos barcos de la naviera de lujo Crystal Cruises. Galardonada, como una de las más exquisitas del mundo, es sinónimo de producto de calidad, y refinamiento. Sin duda, cada crucero es una celebración, y sobre todo una experiencia absolutamente única e irrepetible. Si navegar en cualquier naviera de lujo, es equiparable a recibir una colección inimaginable de minos, hacerlo en Crystal, es garantía que no dejará indiferente a nadie. Nada mejor que el Egeo, para descubrir la esencia de Crystal Cruises. Tras ocho días, rodeado de clase me quedó claro una cosa: a la hora de buscar un crucero especial, la elección de cualquiera de las dos naves de Crystal Cruises está más clara que el Crystal.
No es la naviera más famosa, la más grande pero si la que recibe todos los galadornes como la compañía que roza la excelencia en todos los ámbitos. Algo sinceramente que roza la artesanía crucerística. Tengo que decir, que la experiencia fue sencillamente perfecta. Algunas pinceladas de como es viajar en Crystal.Tras aterrizar en una soleada mañana de junio en Atenas, y ser trasladado por los famosos transfer de lujo de Crystal, encontré la primera sorpresa, y que fue ni más ni menos, con uno de los embarques más tranquilos, civilizados y ordenados que he visto en mi vida. Individualización, y sobre todo ninguna espera para acceder a la nave. Una linea de uniformados tripulantes, me trasladaron al ritmo de musica de Vangelis a la cubierta 10, la parte más privilegiadas del barco, y espacio solo para suite penthouse, y dos tipos de macro suites.
BARCO Y CAMAROTES
Y si todos los camarotes en Crystal son exteriores, elegantes y dimensiones generosas, una suite penthouse es un privilegio.
Enorme, decorada con profusión de telas de calidad, muebles de madera maciza, clásico y sin estridencias, con un prestigioso hotel de lujo, y con una inimaginable gama de detalles que van desde los albornoces Frette, vestidor, articulos de aseo personal de Aveda, trufas suizas, champagne francés, minibar gratuito, prismaticos, manta de Kashmir, y cosas menos usuales como masajes personales en el camarote: pero lo más mallestatico es la presencia de un exquisito mayordomo personal vestido con frac disponible a cualquier momento para cualquier tipo de necesidad. Comenzaba a ver lo que era viajar con estilo. Sobre todo lo que reinaba en el barco es un inimaginable nivel de placidez, silencio, y sosiego.
Y la exploración del Symphony deparó grandes sorpresas. Con sus más de 50.000 toneladas, es botado en 1995, ha sufrido constantes renovaciones, como el Salón Starlight en la cubierta 5, como sofisticado Club para cocktails y recepciones. Un punto destacado son los grandes espacios, sin aglomeraciones No en vano lleva menos pasajeros por metro cuadrado, 
que otras naves más generalistas. Una decoración clásica, sobria, y sobre todo perfecta, con una mezcla tradicional de estilos, en donde nada parece que esté fuera de lugar. No es especialmente opulenta, pero sin extremadamente lujosa. El epicentro lo constituye su hall atemporal fen shui. Tonos lisos, cristal, piezas decorativas discretas, bajo una preciosa vidriera Tiffany. Sin duda me sentí como en casa en el primer momento. Dos niveles, en donde podemos encontrar la recepción, con el Cystal-Piano Bar, en la cinco y el sobrio Restaurante Crystal, cuyas mesas aparecen siempre impolutas y lujosamente decoradas, y el Galaxy Lounge en proa. Subiendo a la seis disponemos de una sucesión de espacios variopintos, cada cual más refinado. Destaco los restaurantes de con cargo nominal. Prego y Silk Road. El primero italiano, y con una refrescante mezcla de tonos azules y amarillos, y el Silk Road oriental, con una mezcla de tonos oscuros, que lo hacen ser uno de los espacios más agradables del barco. Y destacaría además el famoso NightClub Luxe, decorado por Phillippe Starck y sobre todo el Connoisseurs Club, de aires coloniales y quizás el espacio más lujoso, como el espacio dedicado a catar licores y puros de alta gama. Además las aulas educativas del University@Sea, Computer Centre, y aula de teclados. Destaco una de las mayores bibliotecas-videotecas que existen en cualquier barco. Más de 2000 volumenes y DVDs de música y películas.
Y si vamos a las cubiertas exteriores, no podría faltar el proa el mirador destacado que es el Palm Court, el espacio para los tradicionales tés Crystal, el Buffet-Lido de popa, que requiere una urgente readaptación, y sobre todo dos piscinas (una cubierta con el Trident Grill), y con una techo corredizo, con mesas y sillas de mimbre. Completa la oferta ludico deportiva espacios como SPA, putting de Golf con monitores de la PGA, cancha de padel, gimnasio con maquinas de ultima generación, y sobre todo unas cubiertas exteriores absolutamente placenteras, en donde jamás escucharás ruidos, moleste niños corriendo, y en donde siempre es posible encontrar una tumbona libre, a las que se accede sin molestar al de al lado. Sin duda, un barco ideado para disfrutar los placeres de un barco de lujo. Elegante sin pretensiones, refinado sin aspavientos. Cada cosa parece estar en el lugar perfecto.
COMIDA
Por supuesto, lo más característico de un barco de lujo es un cuidadísima oferta gastronomita en mano de chefs estrella como Piero Selvagio, Nobu Matsuhisa, o Wolfgang Puck. Horarios 
tempranos, y sistema de turnos tradicionales para cena, en el restaurante principal con buffet abierto en desayuno y comida, destacando que el buffet no está abierto para cenas alternativas, algo muy inusual en un barco de alta gama. Sin embargo, la razón es que hay otras ofertas gastronómicas que puedan suplir esta carencia, como el Bistro Café, como refinado punto de comida abierto casi todo el día, y donde ofrece capuchinos y cafés sublimes, tés gourmet sin cargo, y una amplia selección de ensaladas, postres, embutidos, salmón…etc. Y sobre todo para sacarle partido a sus templos gastronómicos principales como el Prego y Silk Road. Por supuesto que probe los dos. Con un servicio impecable y de reserva obligada el Prego pasa por ser algo más que una trattoria italiana. Obras culinarias como la sopa de champiñones en pan de pueblo o los escalopines. Y sobre todo, la selección de postres es perfecta.
El Silk Road, es una especie de mezcolanza de cocinas orientales. Un Sushi Bar adyacente, en donde es especialmente recomendado la Nobu Box, con platos ligeramente cocinados, presentados con parafernalia oriental. Pero la gastronomía es algo más. Cierto que el Buffet Lido es excepcional, y el Trident Grill en la piscina cubierta ofrece una tentadora selección de platos rápidos, y una inolvidable heladería sino que es una tradición en la compañía los ceremoniosos tés que cada tarde se celebran con toda la suntuosidad propia de un decandente gran hotel londinense, con porcelana finìsima, camareros con una vestimenta distinta según cada temática, y unos pasteles perfectos. Destaca el Mozart Tea con vestuarios del siglo XVII, al estilo vianes de la epoca. Destacan sobre todos unos pantagruelicos buffets tematicos en la piscina, en ocasiones. En nuestro caso, un homenaje a la cocina mediterránea, en donde habia literalmente decenas de platos de España, Italia, Francia, Grecia, Chipre, Oriente Medio, o los países del Magreb.
Pero lo más perfeccionado es el servicio de habitaciones, y sobre todo en la cubierta
10, en donde podremos cenar, plato a plato como si lo hicieramos en el restaurante principal. Nada de bandejas servidas con prisa, sino una especie de mesa privada con un camarero personal. Una experiencia difícilmente igualable, y donde podemos sentir el verdadero sentido del Crystal: el protagonista es el pasajero. Ningún restaurante del mundo ofrece una experiencia culinaria más perfecta, que una cena, almuerzo o desayuno servido en privado. No se escatima ningún detalle, y cada plato será servido de forma milimétrica, y puntual. Vino de marca, champagne, café, será servido para todos los pasajeros que quieran un entorno más privado. Nos queda también por destacadar un exquisito comedor privado, para cenas privadas, grupos, y celebraciones íntimas, y en donde podemos desgustar una opción gourmet todavía más cuidada, y con los caldos más prestigiosos.
EXPERIENCIA CRYSTAL.
Sobra decir que no solo mi mayordomo Teodor, era sencillamente perfecto sino cada uno de los tripulantes de Crystal con una formación impecable, tampoco es que las cubiertas sean tan amplias que no veamos aglomeraciones, o que la piscina sea tan grande, que casi nunca nos molesta nadie incluso en los días de navegación. También son secundarios los clásicos shows del Galaxy Lounge. Es un dato cierto, que el gimnasio es perfecto, y las tiendas ofrecen algo más que la cacharrería usual en cualquier barco de cruceros.
Lo que hace diferente a Crystal es que acierta de pleno en cada apartado, y ofrece divertimiento 
en cada situación. No es un barco en donde tengamos marcha en el sentido tradicional de la palabra, sino que los placeres son más clásicos y refinados. Una muestra sería la noche de gala en donde cada pasajero sabe como ir vestido en cada momento, y en donde destaca un aire de crucero de lujo tradicional. Melodías clásicas, bailes de salón, y discretas fiestas muy contenidas, y jamás aburridas para cualqueir pasajero con unas mínimas dosis de sensibilidad. Quizás lo que hace a Crystal algo diferente es que es la reina absoluta de las actividades, sobre todo en los días de navegación. Nada de disculpas para mantener entretenidos a los pasajeros sino “enrichment” (enriquecimiento personal) de calidad y de la mano de profesionales. Aulas con teclado Yamaha, clases de idiomas dadas por Berlitz, seminarios de salud de la prestigiosa clínica Cleveland, o clase de pintura de artistas reputados, además de una amplia gama de conferencias. Olvidese de diversiones horteras, sino todo de primera, y con mucha clase. Quizás muy orientadas al publico americano, pero adaptables a cualquiera nacionalidad, y en donde saber inglés es imprescindible. Aunque hay personal de habla hispana, no espere una atención hispana completa.
LAS ESCALAS
Lo mejor de Crystal es que las escalas de cada crucero son cuidadosamente seleccionadas, y no hay paja adicional, ni escalas vacias. En mi caso, además de tocar lo más florido del Egeo desde
Atenas como Santorini, Mykonos o Rodas, hicimos una incursión a la 
costa turco en Efeso, y un desembarque en Civitavecchia, no sin antes parar en Sorrento en la maravillosa costa sorrentina, cosa que muy poco usual en ninguna naviera, con un barco de este porte. El plantel de excursiones es extremadamente amplio, aunque costoso, con interesantes opciones muy selectas como clases de cocina en restaurantes de elite, paseos en yate privados, etc. Y sobre todo destacan las Crystal Adventures, siempre originales y especiales. No obstante en ningún momento la naviera pone trabas, para que los pasajeros puedan realizar exploraciones independientes. Los shuttles están siempre incluidos, y la información de cada escala es lo suficientemente amplia, como realizar visitas por libre. El Egeo en primavera es especialmente hermoso.
La dicromática Mykonos de blancos y azules, y sus laberínticas calles bohemias se ven decoradas de hermosas enredaderas de flores, la volcanica Santorini brilla de forma especial, y las ruínas de Efeso todavía no alcanzan niveles de saturación como en plena temporada alta. La mítica Rodas, es siempre un lugar fascinante de piedra, historia, y crisol de culturas, la Costa Sorrentina, con Amalfi y Positano comienzan a despertar del largo invierno, en una especie de alegría marina. Si los puntos más hermosos del Egeo, se hacen con Crystal, la diferencia es sencillamente clara.
RECOMENDADO PARA; 
El tipo de pasajeros que encontraremos en cualquier barco de Crystal es gente educada, culta, muy exigente, que no quiere barcos pequeños. Prefiere barcos clasicos, con una amplisima gama de servicios, sin tener que buscar otras naves tipo “parque de atracciones”. Pasajeros refinados, amantes de la buena vida cruceristica, que quiere exclusividad, pero no snobismo, a un precio racional. No digo, que sean tarifas baratas, pero si interesantes. O sea, especialemente gente experimentados, curtidos con la experiencia en otras navieras, y quieran lo mejor de lo mejor. No es un barco en que hubiera un numero destacado de personas de edad avanzada, sino una heterogenea mezcla de familias, gente viaja sola, jóvenes, e incluso algunos niños.
RUTAS
Con dos barcos, es meritorio la cantidad ingente de destinos que toca la compañía. En verano, tanto el Symphony como el Serenity viajan al Mediterraneo y Norte de Europa, haciendo varias rutas, cada cual diferente de la anterior, y con duraciones a partir de una semana. El resto del año, el plantel de cruceros es significativamente amplio, navegando por prácticamente todos los mares del mundo, desde rutas sugerentes por Asia, pasando por el tradicional Caribe, Sudamerica, Nueva Inglaterra, Pacífico, o Costa Oeste de Estados Unidos. Y aunque podamos ver que los precios de folleto son elevados, hay frecuentes reducciones por reserva anticipada. No es un todo incluido, pero el precio de las bebidas no es especialmente elevado. El suplementeo single es variable.
Más información
www.unmundodecruceros.com
www.crystalcruises.com
