Gemelo del Costa Magica y de la serie Carnival Triumph el Costa Fortuna es el barco que marcaría las pautas para los siguientes barcos de Costa Cruceros
Destacan en el Costa Fortuna su piscina de popa con techo retráctil, ideal para aprovechar rutas en temporadas no tan calurosas como también el tamaño de sus camarotes, estándares en toda la flota construida a partir de 1999 y que apreciará el viajero que haya probado otras cabinas más pequeñas.
El punto central es el atrio lobby que se alza varias cubiertas hasta ser coronado por un techo de cristal que deja pasar la luz natural. Varios ascensores panorámicos lo recorren de arriba a abajo y en el techo intermedio que hay en la cubierta 5 lucen maquetas de muchos de los barcos históricos de la flota de Costa Cruceros pegados boca a abajo. Y es que la historia marítima de la naviera es el tema central de la decoración y los nombres de los salones, por lo que podremos recrearnos con varias maquetas a lo largo del barco, como la del Rex, a la entrada del teatro con el mismo nombre, o la del Michelangelo, a la entrada del restaurante homonimo, y que mide unos 3 metros de largo.
Molesta sin embargo bastante, la ubicación central del restaurante Raffaelo, en las cubiertas 3 y 4, que obligan a atravesarlo, cosa incomoda si la cena ya está en marcha, o a subir a la cubierta 5 para luego bajar de nuevo, a quien tenga que acudir al restaurante Michelangelo, situado en popa. No deja de ser un detalle sin mucha importancia para una pareja, pero se convierte en suplicio cuando lo haces con carrito de bebé y los ascensores no dejan de subir y bajar a cansados cruceristas a los que no se le pasa por la cabeza dejarte hueco porque tu no tienes elección.
La cena en dichos restaurantes transcurre a un ritmo bueno (1:10h aprox) y la calidad de la comida es mas que aceptable, destacando en todo caso la variedad, aunque eché de menos platos mas típicos de la gastronomía italiana universal. Como ejemplo, hay siempre disponibles espaguetis con tomate o a la boloñesa, ideales para los niños, pero... que pasa con las preparaciones a la carbonara, a la puttanesca, o al nero di seppia con gambas? y los canelones, las lasagnas? nada. Hay risottos, eso si, y gnochis algún día, pero sería deseable una presencia mas contundente de la pasta con fama mundial.
El servicio en general en todo el barco es correcto, aunque no muestra una simpatía especial, y es que hablar los cinco idiomas oficiales del barco no deja mucho hueco para comentarios simpáticos o conversaciones largas sin que surja algún problema idiomatico.
El equipo de animación, comandado por una señorita de oronda figura, derrocha buen rollo y facilidad de trato, y las actividades presentadas por su directora, tienen la carcajada asegurada.
Volviendo a las comidas, el buffet cumple con su función en los desayunos y comidas, si bien aquí no podemos elogiar la variedad. Los desayunos son exactamente los mismos cada día, con escasas opciones en cuanto a fruta, cereales y bollería. Entre horas se sirve pizza margarita como única merienda posible, o bien, en la hora del té, unas pastitas. La naviera ciñe estas limitaciones en el buffet a las rutas menos rentables, y realmente nosotros probamos el barco en un crucero posicional con un precio ridiculamente bajo, pero me gustaría contrastar con otros pasajeros si esto es realmente así o atañe a toda la flota. Recuerdo que no hace ni tres años en los buffets de Costa Cruceros, llegaron a servir sushi, ostras frescas, y que en cada esquina del mismo tenias una estación de pasta donde te preparaban al instante los espaguetis a tu gusto. La crisis y los bajos precios arrasaron con eso tambien.
Por lo demás el barco y sus actividades como los espectáculos del teatro resultan agradables e ideales para unas vacaciones cómodas y estandar. No es un barco indicado para cruceristas que puedan estar buscando barcos sofisticados con múltiples restaurantes, opciones de ocio, o un entorno decorativo y social mas aparente, pero si para quien busca unas instalaciones con garantía de estar en buen estado, amplitud, y disfrutar tanto con las escalas como con el barco.