La gran mayoría de los cruceros por el Mediterráneo occidental tienen un ambiente y una ruta muy similar donde no faltan las escalas para ver Florencia y Roma además de una tercera ciudad italiana como pueden ser Génova o Nápoles. Claro que son ciudades maravillosas y que a mucha gente les gusta repetir, pero ¿Qué alternativas hay si no queremos cambiar de zona?
El Costa Fortuna ofrece el concepto ‘Fun & Beach’, orientado a la diversión en tierra gracias a sus escalas largas, y a bordo gracias a las fiestas en la piscina, DJs, buffet a medianoche, etc.
Este barco ha sido remodelado en diciembre de 2018 para dotarlo de nuevos espacios y un aspecto fresco y actual, y desde el 26 de mayo ofrecerá cruceros desde Tarragona con una ruta que apuesta por las escalas en las que disfrutar de la playa, diversión y actividades al sol sea el principal objetivo.
Para empezar, embarcar en Tarragona, nos da la oportunidad de hacer una estancia pre o post crucero en una zona preciosa de nuestra costa, la Costa Daurada, y visitar si nos apetece, Port Aventura. ¿Como llegar? Pues muy fácil, porque el AVE Madrid-Barcelona pasa por Tarragona así que podemos usar el tren directamente desde muchísimos puntos de España si estamos en su área de influencia, o volar a Barcelona y luego cambiar al tren. Además, el Barco zarpa de Tarragona a las 20.00 horas, lo que facilita que podamos llegar desde cualquier punto geográfico por distante que sea.
La primera escala de la ruta es Palma de Mallorca, donde llegaremos a las 8 de la mañana y estaremos todo el día hasta la 1 de la madrugada. Esto nos da tiempo para pasar el día en la cala más recóndita que imaginemos, en el parque acuático Aqualand, hacer una ruta en bicicleta, montar en moto acuática o visitar las Cuevas del Drach. La isla tiene mucho que ofrecer, y al caer la noche, puedes volver al barco o cenar al fresco en alguno de los fantásticos restaurantes con terraza que hay en la bahía de Palma o alrededores.
A la mañana siguiente llegaremos a Ibiza, donde nos quedaremos hasta las 7 de la madrugada siguiente, es decir, no solo tenemos todo el día para disfrutar de las playas y cientos de actividades disponibles en la isla, sino que también podemos divertirnos en el ambiente nocturno que ha hecho famosa a la isla en todo el mundo.
Una vez de vuelta al barco, podemos recuperarnos tranquilamente, pues el barco navegará sin escala la cuarta jornada. Ya recuperados, llegaremos a Olbia, en Cerdeña, donde el color del mar ha bautizado una parte del litoral como Costa Esmeralda. Podemos disfrutar de sus arenales o perdernos en Porto Cervo, una pequeña bahía refugio de milmillonarios de todo el mundo con sus imponentes yates. El Costa Fortuna se va a las 18:00 y prepara sus famosas fiestas nocturnas a bordo, que lo diferencian claramente de otros barcos más aburridos.
Las dos últimas escalas son más convencionales, Génova y Marsella. Pero puedes hacer cosas que no lo son tanto. En Génova puedes huir del bullicio urbano y descubrir Cinque Terre, mientras que en Marsella puedes evadirte visitando los Calanques: acantilados sobre el mar que forman pequeñas y recónditas calas.
Por supuesto, también puedes dedicar el crucero a visitas culturales, pues todas las escalas cuentan con un rico patrimonio arqueológico y etnográfico.
El Costa Fortuna tiene entre otras novedades: la Pizzeria Pummid’Oro donde se hacen artesanalmente pizzas con ingredientes selectos, la Gelateria – Bar Amarillo, también con helados artesanos, un atrio completamente renovado, los renovados salones Conte Verde y Conte Rosso, la Sala Leonardo, con una iluminación más moderna y pista de baile más amplia, y muchas otras novedades incluso en piscinas.
Sin duda, una propuesta diferente y apetecible que apuesta por la diversión y las playas en lugar de las caminatas y monumentos (o no).
