El barco mas famoso del mundo, y la gran dama del Atlántico Norte
Corre el año 2003, y cuando ya parecía que el destino de los grandes trasatlánticos de linea estaba decayendo, el grupo Carnival, anuncia un reemplazo para el Queen Elizabeth 2, que iba a ser construido en Chantiers Atlantique.
Se trataba de hacer algo híbrido, entre un barco de pasajeros y un trasatlántico para el servicio de Atlantico Norte entre Southmapton y Nueva York. Solo Cunard sigue manteniendo el privielgio de unir las costas de ambos continentes, en lo que desde años se llamaba la "forma más civilizada" de cruzar. Después de puristas debates, de como tendría que ser el trasatlántico del futuro que recreara los antiguos barcos de linea, pero con todos los avances de un barco cruceros, se presenta el barco con un liston muy alto, que superar. En principio el casco externo, negro, elegante, y sobre todo clásico se ve complementado de forma un poco extraña con una proliferación de cubiertas de balcones, que sacrifican las lineas básicas de un barco de linea, pero esencial para el mundo de los cruceros. Hay detalles muy significativos, como la estlizada proa para cortar las olas, casco reforzado para sufrir los embates del Altántico Norte, chimenea muy Cunard, y una parte delantera curvada que nos recuerda de forma meláncólica el antiguo Queen Mary. Un gran coloso, que fue uno de los barcos mayores del mundo, con 148.000 toneladas.
Pero sin duda, las virtudes están en el interior. Tras contemplar de forma cuidadosa un hall terriblemente clásico, la quinta esencia de la tradición hotelera y naval británica se ve en sus cuatro costados. Columnas blancas, sinuosas escaleras, alfombras rojas, y mucha madera, con unos espacios que tambien nos recuerdan el gigantismo de los grandes trasatlánticos de linea. Pero al contrario, que el Queen Elizabeth2, la distribución interior es notoriamente novedosa. Las cubiertas de salones están abajo en las cubiertas 2, 3 y 3L, con grandes alturas. Las acomodaciones comienzan a partir de la cubierta 4, y destaca la característicad de disponer de casi todos los camarotes exteriores con balcón.
Algunos salones significativos. En proa tenemos un anodino teatro, pero un brillante planetario, sacado del cines de los establecimientos de los años 30. Cines británicos como Odeon o Empire, nos vienen a la mente.
El hall se encuentra rodeado de espacios como la recepción, selectas boutiques, recepción y buró de excursiones. Más hacia popa, encontramos sugerentes salones, armónicos y meláncolicos en donde predomina un ambiente suave, que nos hace sentir en todo momento que nos encontramos en una gran trasatántico. Casino, bar Samuel, o Veuve Clicqout Bar y el luminoso Chart Room. Y más atrás opulentos espacios, como lugares significativos, como el Queen Rooms, un lujoso gran salón, no solo ideal para el famoso y ceremonioso té de la tarde de Cunard, sino para multitud de actos sociales, como los elegantes bailes. Además, el gran restaurante Britannia.
Columnas, cúpulas, también a imagen y semejante de barcos como el Normandie. La idea es no romper la mágia de la antigua navegación en cada momento. Por supuesto, no podía faltar un típico pub inglés, que parece sacado, de cualquier bucolica localidad británica. La estrella es sin duda, el Todds English, un refinado restaurante (de pago), de uno de los gurus de la cocina americana actual. Es quizás el espacio con una decoración más lograda, y preciosa de toda la nave.
Si volvemos a la cubierta 7, encontramos quizás uno de los buffets más acogedores e intimos que existen a flote. El Kings Court con lugares gastronomicos diferenciados, y en donde destaca un hermoso panel de porcelana Wedgewood verde, entre otros elementos decorativos. Asimismo un invernadero para tés, y el Canyon Ranch Spa, quizás uno de los más selectos y refinados a bordo de un barco. En proa dos de los espacios gastronómicos característicos de las clases nobles de la compañía como son los restaurantes Queens y Princess. Cunard es una de las pocas compañías que mantiene restaruantes específicos para las suites, cosa muy apreciable para gente que considera que "pagar" un plus compensa que la gastronomía sea aun más cuidada. En cubieras superiores, además de la tradicional aproximacion a madera, aspecto de barco de epoca, tenemos diversos bares, piscinas (tres en total) una que se cubre, y destaco dos caracteristicas francamente brillantes: el Commodore Club como el salon de proa ideal para mirar, al mar, muy "club años cincuenta", y una de las librerías (tienda también) más grandes en un barco. Por supuesto, las acomodaciones mantienen el tipo. Desde los comodos camarotes de 18 m2, mayores que cualquier barco, a las mallestáticas suite, en donde destaca el Suite Gran Duplex de 222 m2.
Sin duda, un barco excitante, la perfecta combinación entre tradición y modernidad. Un barco ideal para cruceristas expertos, y personas que sienten un especial rechazo por los modernos e impersonales barcos de cruceros, sin rechazar a la navegación en algo moderno. Sin duda, una gran dama, que recoje de forma perfecta el testigo dejado por el Queen ELizabeth2. Quizás muchas personas hayan criticado que se haya alejado un poco de las lineas clásicas, pero sinceramente aporta una bocanada de aire fresco, respetando la esencia. Un barco que es muy grande, pero en el que no se siente una especial sensación de opresión. La reina del Atlántico Norte por los cuatro costados. Exquisita y absolutamente sofisticada.
Requiere dejar a un lado, todos nuestras ideas esteriotipadas, de lo que es un barco de cruceros, para dejar volar nuestra imaginación. Es un barco sin demasiados clones en el mercado, con una personalidad unica y sobre todo con aires señoriales.
